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La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid realiza un viaje en lalocomotora 269-604, precursora de la alta velocidad actual
- Momento en el que la locomotora 'El gato montés' llega a la estación de Renfe de Segovia, ayer por la mañana
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- Viajeros y curiosos observan la locomotora estacionada
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'El gato montés', como apodaban a la locomotora 269-604 por el emblema con aire futurista que lucía la máquina en su carrocería, llegó ayer a la vieja estación de Renfe de la carretera de Villacastín. Esta locomotora es historia, ayer rodante, del ferrocarril nacional, ensalzó Vázquez tras apearse del tren que trajo a la ciudad del Acueducto a la expedición de unas 180 personas organizada por la asociación madrileña. «Esta máquina es única», apostillaba.
Los viajeros se desplazaron desde la estación de Chamartín hasta la de Segovia, previa escala en Cercedilla, en los convoyes tirados por 'el gato montés'. Este trayecto, además de estar envuelto en un aire festivo, también ha pretendido «rendir homenaje a los trabajadores» que convirtieron esta máquina, a finales de los años ochenta, en la más rápida de la red ferroviaria nacional.
Puede decirse que la locomotora que ayer arribó a Segovia es la precursora de lo que ahora es el universo del Ave. Como recuerda Antonio Vázquez, Renfe decidió hace algo más de veinte años mejorar y adecuar una serie de locomotoras para probar en el ancho de línea convencional lo que después sería la alta velocidad.
Corría el año 1987. Entonces ninguna máquina circulaba tan deprisa. Se necesitaban cambios y en el caso de la 269-604, la modificación fue total. Se reformó la aerodinámica y se cambió la carrocería hasta transformar la vieja locomotora en el adelanto de la alta velocidad ferroviaria.
El 23 de febrero del año 1989, la 269-604 -alias 'el gato montés'- lograba un nuevo récord de velocidad en el ancho ibérico, alcanzando los 220 kilómetros por hora, demostrando que la rapidez no estaba reñida con la seguridad y con la comodidad de los viajeros.
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