A la Vanguardia en paper:
Las tripas de la Diagonal
La gran cantidad de infraestructuras que hay bajo la avenida condiciona su remodelación
LA OPORTUNIDAD La remodelación de la Diagonal abre la puerta a mejorar lo que hay en el subsuelo
EL COLECTOR La gran avenida de aguas subterráneas que hay bajo la avenida podría ampliarse
ÓSCAR MUÑOZ - Barcelona
¿Podría abrirse un túnel por el tramo central de la Diagonal para el tranvía o bien para una nueva línea metro? La respuesta a esta pregunta, una de las muchas que se hacen los barceloneses a raíz de la futura remodelación de la avenida entre las plazas Francesc Macià y Glòries y que culminará con una consulta ciudadana de aquí a un año, es que sí. La ingeniería ha sido capaz de dar respuesta a obras mucho más complejas que esta. Pero la cuestión probablemente sea otra: ¿vale la pena horadar bajo la avenida teniendo en cuenta los condicionantes que hay? El Ayuntamiento de Barcelona considera que no. Como se sabe, los responsables municipales abogan por enlazar el Trambaix y el Trambesòs por la superficie sin cambiar de sistema de transporte, es decir, con un tranvía que discurra por la superficie, al menos en la mayor parte del recorrido.
Entre estos condicionantes, hay uno que es determinante: el subsuelo. Y no sólo lo es para abordar la posibilidad de que un metro siga este eje bajo tierra - hay argumentos relacionados directamente con la movilidad que llevan a rechazar esta idea (véase la página 3)-,sino también para hacer pasar por este tramo un tranvía subterráneo, puesto que este tendría que ir demasiado profundo y este sistema de transporte no acepta fuertes pendientes. Pero hay más. Las entrañas de la Diagonal afectan incluso al modo de acometer la remodelación urbanística que se ha planteado de la avenida.
La oficina técnica que se ocupa de la reforma ha encargado un estudio, que se encuentra en fase de elaboración, dedicado precisamente a estas entrañas invisibles a los ojos de los ciudadanos y que se suceden a lo largo de los 3,6 kilómetros susceptibles de ser remodelados. A partir de sus conclusiones, se sopesarán las limitaciones así como las oportunidades que plantean estas tripas de la avenida más larga de Barcelona cara a su refundación.
La explicación de la complejidad del subsuelo de la Diagonal es uno de los asuntos que están despertando mayor sorpresa e interés en las sesiones formativas sobre el proceso de transformación de la avenida dirigidas a los ciudadanos que ha organizado el Ayuntamiento y que se celebran este mes de abril. Uno de los ponentes de estas clases es uno de los responsables de la oficina técnica de esta operación, Jordi Castelló, que en su exposición, además de explicar cómo es la avenida en la superficie, da cuenta de algunos detalles de su configuración subterránea, porque, insiste, "tan importante es conocer lo que se ve como lo que no se ve". Por ello se está estudiando a fondo. Desde que se abrió, en los años ochenta del siglo XIX, se han ido colocando nuevos servicios bajo la avenida y ahora será la primera vez que se haga un mapa completo.
En la lista de elementos que discurren bajo las calzadas y las aceras figura, en primer lugar, un gran colector con la correspondiente red de alcantarillado que lo alimenta, cuatro túneles del metro, uno de Ferrocarrils de la Generalitat, otro de Adif, que se desdobla en dos, así como un refugio antiaéreo de la Guerra Civil. A estas infraestructuras debe sumarse el futuro enlace del AVE Sants-Sagrera, que comenzará a horadarse a finales de año para que esté listo en el 2012, amén de la miríada de servicios - conducciones de agua, gas, electricidad, teléfono, fibra óptica…-que hay por todo el tramo.
El colector es la primera pieza que considerar ya que sigue el trazado de la Diagonal, a modo de una gran avenida subterránea, hasta la calle Marina, donde gira y continúa en sentido mar, aunque antes, en el paseo de Sant Joan, también se deriva por otro ramal. Este último cruce puede verse desde el Museu del Clavegueram, que se prevé remodelar y reabrir en el 2010. La citada conducción es una infraestructura básica en la red de recogida de aguas, ya que capta las que bajan de Sarrià, Sant Gervasi y Gràcia y las conduce hacia zonas más bajas. Una compleja red de alcantarillado alimenta esta arteria subterránea.
Una de las opciones que están encima de la mesa es aprovechar la reforma de la Diagonal para ampliar la capacidad de este colector. Si hay que abrir la calle, se podría acometer esta obra, que es necesaria para optimizar el funcionamiento del sistema de recogida de aguas. En el otro plato de la balanza está la afectación que supondría una actuación de este tipo en una operación que ya de por sí va a ser complicada.
El paso del colector por la plaza Francesc Macià es otro aspecto que se está estudiando dado que el Ayuntamiento ha planteado que el tranvía salve soterrado este espacio, de modo que, además de no afectar el jardín central, obra del paisajista Nicolau Rubió i Tudurí - "un monumento verde que se debe respetar", ha explicado Oriol Clos, arquitecto jefe municipal en las sesiones formativas-,evite la interrupción de los cruces de Urgell, Calvet y Villarroel. Debe quedar suficiente espacio para colocar este túnel tranviario a una cota alta para evitar pendientes excesivas.
Las infraestructuras de saneamiento, gestionadas por la empresa Clabsa - participada por el Ayuntamiento, la Entitat Metropolitana del Medi Ambient, Agbar y FCC-,están en un primer nivel por debajo de la calle, en el mismo estrato que otros servicios (gas, electricidad, comunicaciones…) y encima de los túneles ferroviarios, que discurren más abajo. Lo que sí está decidido es que se va a poner orden en estas otras conducciones - cada vez más abundantes y necesarias-agrupándolas en galerías específicas, en una actuación similar a la que se hizo cuando se construyeron las rondas.
Los túneles ferroviarios son los que marcan la máxima profundidad en uso bajo la Diagonal. El que utilizará el tren de alta velocidad pasará por el eje de la avenida en el tramo comprendido entre Provença y Mallorca a cerca de 40 metros. Los otros pasos son los de Ferrocarrils de la Generalitat (la línea Barcelona-Vallès), que cruza por Balmes-Via Augusta, y cuatro líneas del metro: la L3, por el paseo de Gràcia; la L5, que va bajo la Diagonal entre Rosselló y Provença; la L4, que corta por paseo de Sant Joan, y la L2, que discurre por el eje de la calle Marina.
Caso especial es el túnel que usan los trenes convencionales por la calle Aragó y que, cuando cruza la Diagonal, obliga a esta a formar una chepa que cambia la perspectiva de la avenida. En este punto nace el ramal ferroviario que conduce a la estación de França, que sigue por la avenida hasta la plaza de las Glòries y que antes de los Juegos Olímpicos discurría en superficie. Para los técnicos esta es la zona más complicada de todo el tramo por remodelar ya que difícilmente podrá rebajarse la cota de este túnel. Por tanto, habrá que disimular esta anomalía con la intervención que se haga en la superficie. Pasada la intersección con Aragó y Marina, donde el espacio para el tráfico rodado es prácticamente absoluto, hasta Glòries la sección es distinta a la del resto de la Diagonal pendiente de reforma ya que hay una rambla central.
Un último elemento del subsuelo de la Diagonal se está estudiando. También es uno de los más sorprendentes, por lo poco conocido que es para la mayoría de los barceloneses. Se trata del refugio antiaéreo de la Guerra Civil que hay bajo las confluencias con València y Nàpols y con Roger de Flor, que cruza la avenida hasta tres veces a poca profundidad, por encima de la red de colectores. Se trata de una de las instalaciones de este tipo más extensas de la ciudad y con un gran número de ramificaciones que llegan hasta el paseo de Sant Joan.
El metro a menos de 500 metros
Las actuales líneas y la prevista de Francesc Macià a Glòries por Gràcia dan suficiente servicio a la Diagonal, según el Ayuntamiento
ÓSCAR MUÑOZ - Barcelona
El tramo de la Diagonal que se va a remodelar, el comprendido entre Francesc Macià y Glòries, ya tiene suficiente cobertura de metro con las actuales líneas - incluidas las de Ferrocarrils de la Generalitat-y con la nueva que se prevé abrir entre estas dos plazas pero pasando por Gràcia. Así lo creen los responsables municipales, que sólo apuntan una zona que quedaría por servir, la de la confluencia con Muntaner, que podría conectarse perfectamente con la prolongación del tranvía a lo largo de la Diagonal.
En las sesiones formativas sobre el proceso de remodelación de la avenida, Àngel López, director de servicios de movilidad del Ayuntamiento, aporta las claves para comprender el funcionamiento de la Diagonal desde el punto de vista del transporte público, la circulación rodada y los desplazamientos de peatones y de ciclistas. En el primero, destaca que en las proximidades de este tramo - a menos de 500 metros, la distancia que se considera máxima para fijar si hay o no cobertura-hay una decena de estaciones de metro y FGC.
Algunas paradas están mucho más cerca, incluso a tocar de la avenida, como el intercambiador de Diagonal-Provença (L3, L5 y FGC), Verdaguer (L4 y L5) y Monumental (L2). La línea de FGC planeada entre Francesc Macià y Glòries (la prolongación de la que ahora acaba en la plaza Espanya), mejorará esta cobertura. La previsión es que discurra bajo la Travessera porque es la zona por donde captará más demanda. Los estudios de la Generalitat así lo confirman. De todos modos, esta actuación todavía está en los despachos.
Los autobuses son otro aspecto clave. López explica que la avenida soporta el paso de una gran cantidad de líneas - entre cinco y diez, según el subtramo-porque "es la única vía que resuelve la comunicación entre barrios como Sarrià o Les Corts con Poblenou o Sant Andreu". Esta acumulación comporta que circulen más autobuses de los que caben. Llegan a pasar hasta 70 cada hora cuando el límite aconsejable según la regulación de los semáforos es de 40.
"O ponemos menos autobuses o los convertimos en tranvía", aventura López. En ambos casos, añade, "debería replantearse la actual red de autobuses". Llegados a este punto hay varias opciones encima de la mesa. La que más convence a los responsables municipales es que algunas líneas sigan pasando por la Diagonal y que el resto se modifiquen y se completen transbordando con el tranvía. En cualquier caso, subraya el director de servicios de movilidad, "habrá que asegurar que se pueden seguir los mismos trayectos".
Sólo el 13% del tráfico de la Diagonal va entre paseo de Gràcia y Sant Joan
Ó. MUÑOZ - Barcelona
El volumen de tráfico en la Diagonal a la altura de la Zona Universitària es considerable, 82.700 vehículos de media diaria, sumando los dos sentidos. Pero de este total, únicamente el 13% - 11.200-circula por el tramo más céntrico de la avenida, el comprendido entre los paseos de Gràcia y de Sant Joan, antes o después de pasar por la zona alta. Estas cifras ponen en duda que este eje sea esencial como vía de paso para la movilidad del conjunto de la ciudad, según los responsables municipales.
Esta medición, que no considera el tráfico total de la Diagonal puesto que hay vehículos que circulan por la avenida en multitud de tramos más cortos - por ejemplo, entran por la Via Augusta y salen por Pau Claris o, en sentido contrario, suben por Roger de Llúria y más adelante continúan por Aribau-al menos demuestra que el tráfico de paso a lo largo de la Diagonal es más limitado de lo que muchos creen. Quienes llegan a la Zona Universitària no proceden en su mayoría del corazón de la avenida ni mucho menos de la plaza de las Glòries. De este último punto sólo parten 3.500 de los 40.300 que acaban saliendo por la autopista B-23. En sentido contrario ocurre lo mismo. De los 42.400 vehículos que pasan por delante de las universidades de entrada a la ciudad, únicamente 2.800 llegan a Glòries.
Teniendo en cuenta el total del tráfico, en el tramo central de la Diagonal, el comprendido entre Francesc Macià y Glòries que el Ayuntamiento se ha propuesto remodelar restando espacio al tráfico rodado, la confluencia con Muntaner es la que registra la intensidad máxima. Por este punto pasan diariamente 22.000 vehículos por sentido en las calzadas centrales y 14.000 por sentido en las laterales. En total, 72.000 vehículos.
A simple vista, los números globales de tráfico que soporta la Diagonal son mayúsculos, pero en términos relativos parecen muchos menos ya que sólo suponen el 1,6% del total de la ciudad. Otra cifra que lleva a los responsables del Ayuntamiento a atreverse a limitar el paso de coches. Esta es la teoría. Ahora queda la práctica: ¿por dónde pasarán los vehículos que no cabrán por la futura Diagonal?