París i el "bateau mouche"

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metring
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París i el "bateau mouche"

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De La Vanguardia en paper:

París: sesenta años de ´bateau mouche´

Ciento veinte millones de turistas han usado las gabarras

ÓSCAR CABALLERO - París Servicio especial

La compañía la fundó un aventurero que encargó una biografía de un falso Jean S. Mouche
Los bateaux mouches,las célebres gabarras turísticas del Sena, celebran sus 60 años ¡y 120 millones de pasajeros transportados! con el rango de cuarto monumento más visitado de París, detrás de la Torre Eiffel, el Louvre y el Centro Pompidou, en cifras del 2003.

Estas grandes barcazas de fondo plano, con servicio de restauración y salidas especiales como la del 14 de julio, fiesta nacional, en las que por 150 euros se puede cenar y ver desde el agua los fuegos de artificio, son el invento de un aventurero, Jean Bruel.

La exposición universal de 1867 sirvió de excusa al constructor naval Michel Félizat, con astilleros en el barrio de la Mouche, en Lyon, para encaminar treinta barcazas por vía fluvial hasta París. Una subsistía en 1949, cuando por el Sena sólo circulaban ya gabarras de carga y sólo un visionario podía imaginar el futuro auge del turismo en la ciudad sometida aún al racionamiento.

Ese anticipador era Bruel; con aquella gabarra, en la que aún era visible la inscripción Mouche, por el barrio lionés, fundó la Compañía de Bateaux Mouches, que hoy cuenta una veintena de unidades, todas según su concepto de transparencia y algunas con capacidad para mil pasajeros.

Que por inventar no quede, Bruel encargó al periodista Robert Escarpit, de Le Monde,la biografía de un imaginario Jean-Sébastien Mouche, quien habría urdido ese modo de transporte. En 1953, en el puerto de l´Alma que Lady Di haría involuntariamente célebre años más tarde, Escarpit y Bruel descubrieron un busto de Mouche, ante representantes del gobierno, que con su presencia dieron consistencia al embuste.

El 24 de julio del 2003, Bruel, 86 años, detuvo su Mercedes 600 en el arcén y alertó por el móvil a los bomberos: le habían robado el maletín; persiguió con su coche al de los ladrones, pero tuvo que detenerse, por un súbito malestar. Cuando los bomberos llegaron había muerto de un infarto.

¿En su ley? En aquel mismo 2003, Bruel se había jactado, frente al cronista, "de haber vendido las más hermosas vistas de París a 92 millones de personas", lo que era cierto. Pero su presencia en la prensa tenía que ver con otra noticia: por primera vez desde la fundación de la empresa, los empleados lograban sindicarse. Y eso a pesar de las amenazas de despido y, más musculosas, las de una misteriosa guardia serbia, reclutada, según el ex maîtrede hotel Patrick Prost, por el yerno de Bruel, el serbio Radé Matovic hoy patrón de la compañía, junto a su esposa, Charlotte Bruel Matovic. Ysi hoy la hija y heredera recuerda la época gloriosa en la que "Papá", como le llamaban los empleados, utilizaba proyectores de aviación para iluminar el recorrido nocturno y, sin cocinas en las barcazas, descolgaba cestas de picnic desde alguno de los 37 puentes de París y describe al padre como antiguo resistente, prisionero incluso "de las cárceles franquistas" - pero sin explicar cuándo ni cómo-,lo cierto es que en aquel 2003 final, el octogenario se reconocía simpatizante del Front National, monárquico, miembro de la derechista y desaparecida Action Française ("como Mitterrand en la época", matizaba). Y al preguntarle si era verdad que contaba con una milicia serbia, esquivaba: "Mi yerno es serbio; yo conocí bien a Tito ¿es un crimen?".

En fin, el caso es que los bateaux mouches han multiplicado la oferta naviera del Sena, fueron la excusa también para crear el servicio regular de lanchas colectivas y algo tendrán que ver con el colmo de la sofisticación, habitar una gabarra y cambiar, según la variación de precios de amarre, de domicilio parisiense.
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