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La primera autopista de peaje de España cumple hoy 40 años
La concesión, prorrogada dos veces, vence el 2021 e incluye el tramo actualmente en obras hasta Tordera
ÓSCAR MUÑOZ | Barcelona | 02/07/2009 | Actualizada a las 02:04h | Ciudadanos
El 2 de julio de 1969 pasó a la historia por el estreno oficial de las tres primeras autopistas de Catalunya, la que enlaza la Diagonal con Molins de Rei, y la de Glòries a Montgat y la prolongación de esta última hasta Mataró. Las tres se inauguraron y pusieron en servicio la tarde de aquella jornada estival, hoy hace cuarenta años, aunque un tramo de la segunda –el Badalona-Mongat– ya llevaba abierto más de un año. La tercera, actualmente conocida como autopista del Maresme (C-32), destacó por ser la primera autopista de peaje de España.
El acontecimiento llenó páginas de los periódicos del momento de ampulosas y laudatorias frases. Todas destacaban el avance que iban a suponer las nuevas vías de alta capacidad. "El tráfico, tan intenso y creciente, discurrirá con mayor fluidez", publicó La Vanguardia en una de sus crónicas. También se puso el acento en las posibilidades que ofrecía el sistema de peaje, de acuerdo con lo que fijaban los planes de desarrollo franquistas. "Se anota –continuaba la noticia– la puesta en servicio del primer tramo de autopistas que la iniciativa privada construye (...) como un preludio de más anchas rutas en la geografía regional, partiendo de la Ciudad Condal". Todo ello, debía redundar en la creación de riqueza. "Cabe consignar estas aperturas –remataba– como un instrumento generador de nuevos impulsos para la economía barcelonesa y la del país en general".
Han pasado cuarenta años y el mantenimiento del peaje de la Montgat-Mataró y en las otras autopistas que le siguieron poco tiempo después (en el Vallès y en el Baix Llobregat) es para muchos una rémora del pasado, un impuesto que ya hace tiempo que debería haber desaparecido porque, argumentan, supone un agravio comparativo con otras zonas de Catalunya y del conjunto de España. Especialmente beligerantes con la continuidad de este sistema de pagar por circular son algunos municipios y entidades del Maresme, que presionan a la Generalitat –actual titular de la C-32– para que rescate el peaje.
De la versió en paper:
EL ETERNO PEAJE
Trabajadores contratados a dedo en la plaza Urquinaona construyeron la autopista con técnicas desconocidas en España
Una obra pionera
LUIS BENVENUTY - Badalona
A los usuarios se les recomendó llevar 25 pesetas en monedas para beneficiarse de las máquinas automáticas
Fue un hito en la historia de la ingenieria". Con estas palabras recuerda la construcción de la autopista de pago Montgat-Mataró José María Fonseca, catedrático de la Escuela de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas de la Universidad Politécnica de Madrid. "Entonces, en 1968, yo tenía 24 cuatro años y era un ingeniero bisoño recién salido de la Escuela de Caminos madrileña - rememora Fonseca-.Por aquellos años no teníamos problemas para encontrar trabajo. Yo conseguí el más envidiado: jefe de obras del desarrollo del firme, el aspecto más vistoso y novedoso del proyecto".
Yes que aquella obra, que cambió la manera de vivir de un buen número de habitantes del área metropolitana de Barcelona, supuso el empleo en Catalunya de métodos y técnicas nunca vistos en España. "Estrenamos una máquina de trece metros de anchura que permitía extender hasta cinco mil toneladas diarias de áridos y dos kilómetros de capas de mezcla bituminosa ¡todo un récord! El problema era encontrar las canteras para extraer semejante cantidad de materiales. Las preocupaciones mediomabientales no eran las de hoy".
Futuristas estampas del pasado plagadas de contrastes. La gente acudía en busca de faena a la plaza Urquinaona, y allí los capataces encargados de modernizar la red viaria escogían peones a dedo, según su capricho. Las jornadas laborales arrancaban a las siete de la mañana y terminaban a las diez de la noche. El Obispado dio permisos especiales para que las obras pudieran seguir los domingos por la mañana.
Las autopistas fueron una de las obsesiones de Mussolini. El gigantismo y las faraónicas demostraciones del poder del Estado son características comunes de los regímenes autoritarios. Primo de Rivera diseñó un ambicioso plan que nunca llegó a realizarse. Franco no quiso quedarse atrás. La primera autopista de peaje de Epaña mezcló los sueños de grandeza y gloria de un dictador y las necesidades de una economía en expansión.
"Gracias a los técnicos italianos y belgas contábamos con el más vanguardista asesoramiento - retoma Fonseca-.La autopista Montgat-Mataró fue un proyecto tan paradigmático que carecía de referentes. Se empezaba a poner a punto ¡parece mentira! el control de calidad de materiales. Estábamos muy bien pagados, y en el ambiente reinaba la sensación de que estábamos haciendo algo especial, diferente. A pesar de ello, durante los dos años que duraron las obras, nunca nos presionaron con los plazos".
La expectación popular ya hacía temer días antes de la inauguración de la autopista un estreno congestionado. Y en su primer domingo sólo los más madrugadores disfrutaron de un vial despejado. "Pero a medida que avanzaba el día - dijeron las crónicas-la cosa se iba complicando. Una masa cada vez más compacta de automóviles iba desfilando por la autopista. Entre Montgat y Mataró, tanto por la N-II como por la autopista, hubo aglomeración y parones, especialmente en la carretera, que no pareció encontrar el alivio esperado con la puesta en marcha de la autopista, por la que circularon 36.224 coches, que ya es una buena cifra para descongestionar la N-II".
Los promotores recomendaban a los primeros usuarios llevar 25 pesetas en monedas "para beneficiarse del uso de las máquinas automáticas". Estos artilugios disponían de una alarma para avisar al conductor de que no había depositado el dinero suficiente, pero guardaban silencio si uno se pasaba. Su uso apenas demoraba al automovilista unos seis segundos, catorce menos que si optaba por pagar a un cobrador. Uno de ellos, a la altura de Alella, quiso ser el primero en estrenar su propia garita y se cobró a sí mismo pasando con su coche. Un folleto advertía que no se podía ir a menos de 60 km/ h.
El área metropolitana y sus distancias nunca volverían a ser lo mismo. El 5 de julio, apenas un par de días después de la puesta en funcionamiento de la autopista, La Vanguardia publicó un anuncio a toda página que rezaba: "A sólo veinte minutos de sus ocupaciones gozará de descanso completo. Urbanización Costamar significa fácil bienestar para usted y los suyos. Gracias a la autopista Barcelona-Mataró podrá desplazarse en escasos minutos a esta bellísima urbanización. Ideal para el veraneo, vacaciones, fines de semana y para vivir todo el año. Costamar está situado en Cabrera de Mar a 26 kilómetros de Barcelona".
Los ayuntamientos afectados reivindican la gratuidad de la C-32 para los habitantes del Maresme y urgen a que la N-II sea un paseo
"La deuda está más que amortizada"
ALBA MARCHADOR - Mataró
TRANSPORTE PÚBLICO La mejora de los servicios de tren y autobús es otra de las reinvindicaciones
NORTE Y SUR Los habitantes de una zona y otra de la comarca piden soluciones distintas
Sara Molina vive Barcelona pero trabaja en Mataró. Para evitar la caravana de la N-II y el tiempo que supone ir en tren coge, de lunes a viernes, su coche para llegar al trabajo. Paga 1,16 euros de ida, y otro tanto de vuelta en el peaje de Vilassar de Mar. Más de 50 euros al mes que seguirá abonando hasta, al menos, el año 2021 debido, subraya, "a la incompetencia del actual gobierno de la Generalitat. Tanto se quejaban antes de que el anterior Govern había renovado la concesión y ahora ellos, que tienen la posibilidad de zanjar esta injusticia, no lo hacen".
División de opiniones en los diferentes ayuntamientos del Maresme, aunque con dos objetivos comunes: conseguir la gratuidad de la autopista para los habitantes de la comarca y convertir la N-II en un paseo o avenida integrada en el tejido urbano. Hoy, coincidiendo con el 40. º aniversario del peaje, se han previsto varios actos de protesta en la comarca. Y este fin de semana habrá otros en diversos municipios.
"La realidad de las zonas Maresme norte y sur es diferente. Para los vecinos de la parte norte sería suficiente con una bonificación para la gratuidad de la autopista, para los pueblos de la parte sur la solución sería más compleja: necesitan una vía alternativa", explica Bernat Gaupera, alcalde de Sant Andreu de Llavaneres. Antoni Esteban, representante de la Plataforma No N-II de Vilassar de Mar, está "en contra de la construcción de una vía alternativa, sería una salvajada poner calzadas paralelas a la C-32. Supondría destruir el territorio, construir rotondas y expropiar terrenos, una obra faraónica que implicaría un gasto inmenso de dinero". Por ello, piensa que una de las soluciones podría ser la restricción de paso por la N-II a vehículos pesados o de gran tonelaje. "Los tendrían que obligar a pasar por la C-32, los vecinos de la zona no tendrían que soportar el incesante tráfico diario".
"Quién pensó en construir una carretera paralela a la C-32 es porque realmente no es del Maresme y no tiene ni idea de las necesidades de la comarca".
Manuel Mombiela, alcalde de Sant Pol de Mar, cree en una C-32 gratuita, pero entiende las dificultades que ello conlleva. Piensa que "el hecho de levantar las barreras hará que la autopista no dé abasto con tanto tráfico". A pesar de que a Sant Pol no le afecta el tráfico de la N-II porque no pasa por el centro del pueblo, entiende que a otros "estén hartos de tanta circulación".
"El debate, sin embargo, es mucho más profundo que el pagar o no pagar autopista", explica Joan Antoni Baron, alcalde de Mataró. Se necesita, explica, una buena comunicación entre los municipios de la comarca, "quea día de hoy no existe". "Todos los estudios apuestan por una vía alternativa, una carretera que una todas las localidades o la mejora y fomento del transporte público", añade.
Antoni Esteban insiste en la necesidad de que todos los municipios del Maresme lleguen a un acuerdo para mejorar la infraestructura del transporte público, "no es algo que tengamos que dejar en manos de la Generalitat". "Sorprende que haya trenes para comunicar los municipios del Maresme cada ocho minutos, pero que el autobús que acerque a los vecinos a la estación pase cada hora". "Mientras no nos pongamos todos de acuerdo, seguiremos luchando por liberar a la autopista de un peaje que llevamos pagando ya 40 años, una deuda con la concesionaria que ya está más que amortizada".