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Un tren boca abajo de Koons podría adornar el parque High Line de Nueva York
La tercera y última parte del espacio construido sobre las antiguas vías del tren estarán acabada en 2013, un año antes de la apertura oficial al público
Viajes | 28/03/2012 - 10:33h
Nueva York. (EFE).- Una obra de arte que representa a un antiguo tren suspendido de una grúa firmada por Jeff Koons podría adornar el tercer y último tramo del High Line, el popular parque construido sobre las antiguas vías del tren de Nueva York.
Así lo adelantaba ayer la página web Amigos del High Line, una asociación sin ánimo de lucro que promueve el espacio desde que en junio de 2009 se inauguró su primer tramo en la Gran Manzana. La entidad precisó que la instalación costaría unos 25 millones de dólares (18,7 millones de euros). De ser finalmente aprobado por los responsables del proyecto, el diseño de Koons será una réplica a tamaño natural de una locomotora de vapor Baldwin 2900 suspendida boca abajo desde una grúa a la altura de la Décima Avenida.
Por ahora, esa posibilidad es únicamente una idea y no fue incluida en la última reunión en la que se analizaron los planes para el tramo final del High Line, según la misma página web. "El diseño es una de muchas grandes ideas que hemos tenido, pero, incluso si jamás se lleva a cabo, demuestra nuestro compromiso con la creatividad, con la innovación y con encontrar nuevas maneras de experimentar la ciudad", indicó un comunicado el cofundador de Amigos del High Line, Robert Hammond.
"Muchos pensaban -añadió Hammond- que estábamos locos cuando empezamos a trabajar para salvar el espacio hace una década", y el tren de Koons, añadió, puede ser "un símbolo del pasado industrial de la zona". Por su parte, el artista comentó que su obra "representaría la energía efímera que fluye cada día por la ciudad".
En la actualidad el parque arranca en la calle Gansevoort y hace un recorrido elevado por el suroeste de la isla de Manhattan, que se extenderá hasta la calle 34 cuando concluyan las obras del último tramo en 2013, un año antes de la apertura oficial al público.
Con un coste previsto de 90 millones de dólares, la construcción del tercer tramo del High Line está ligada a los planes de renovación de Hudson Yards, una antigua zona de estibadores repleta de infraestructuras de transporte obsoletas y edificios en desuso.
Millones de personas han visitado ya las dos primeras partes del parque, que transformó en un área ajardinada una vieja y abandonada línea de tren, construida en los años 30 para transportar las mercancías que abastecían a las fábricas de las orillas del río Hudson.
