Lo que está en juego es la concesión por 50 años (bueno, lo que quede) a TP Ferro.
Ciertamente, si TP Ferro quiebra, la obra pasará al estado, que deberá pagar lo que falta de la obra (unos 500M€ que pidió prestado TP Ferro) más sus intereses.wefer wrote:acabarem pagant l'obra més els interessos tots els ciutadans de la nostra butxaca.
No debe olvidarse que de haber realizado el túnel directamente la administración, también hubiese tenido que pagarlo. ACS no gana un duro con la operación, en caso de quiebra, más bien al contrario.
Si TP Ferro hubiese generado o algún día generara beneficios, la mitad serán atribuibles a ACS. ¿A dónde van a parar los beneficios de ACS? Fundamentalmente a tres destinos: impuestos, reinversión, dividendos. Es decir, excluidas las reservas legales o la compensación de pérdidas en ejercicios anteriores, todo el dinero ganado por ACS (y por cualquier empresa) regresa a la sociedad de una manera u otra.wefer wrote:Si la infraestructura hagués generat beneficis, se'ls hagués quedat l'empresa i la societat no hagués vist ni un euro.
¿Cuál es la ventaja de la concesión? Que si funciona, los ciudadanos tienen la infraestructura en funcionamiento sin necesidad de haber gastado dinero del erario, ni para la construcción ni para la explotación y mantenimiento, y la van sufragando poco a poco los usuarios reales de la infraestructura, y no el conjunto de los contribuyentes. Por eso es un sistema empleado desde muy antiguo para infraestructuras (peajes, pontazgos, etc.). Si no funciona, es como si la propia administración la hubiese construido y pagado.