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El Gobierno compensa con 826 millones más a Cataluña este año para cumplir el Estatuto
Las inversiones en infraestructuras para 2007 se elevan finalmente a 4.271 millones de euros
Cataluña obtendrá finalmente más inversiones del Gobierno central para sus maltrechas infraestructuras: 826 millones adicionales sólo este año, marcado por un verano caótico en las carreteras y la red ferroviaria. El Ejecutivo catalán arrancó ayer un acuerdo que modifica el cálculo de la inversión hasta 2013, y que afecta incluso a los Presupuestos de 2007, aprobados hace un año. Entonces, el vicepresidente Pedro Solbes situó en 3.195 millones -más 250 millones en ferrocarriles- la inversión en Cataluña. La nueva cifra asciende a 4.271 millones, un 24% más, e incluye partidas en Agricultura e Industria para cumplir el Estatuto.
El Gobierno pactó ayer con el Ejecutivo catalán -con varios meses de retraso- la metodología para calcular las inversiones del Estado en las infraestructuras de la comunidad, prevista en el Estatuto. Y también su traducción en dinero. En los presupuestos de 2007, la cifra ascendía a 3.445 millones de euros, procedentes de las áreas de Fomento y Medio Ambiente. La nueva metodología incluye ahora partidas destinadas a Agricultura e Industria, Energía, Investigación y Desarrollo, Pymes, Comercio y Turismo, con lo que la cifra aumentará en 826 millones para este año, hasta los 4.271 millones. Eso supone un 24% más que el dato aparecido en los presupuestos para este año, aprobados en septiembre de 2006.
En realidad, la cifra pactada para 2007 asciende a 4.021 millones, pero a esa cuantía se le debe añadir los 250 millones de inversión de Renfe en Cataluña que el Ejecutivo catalán ya sumó el año pasado para sacar pecho y poder decir que se cumplía con el Estatuto.
Ese incremento se abonará "en breve" -fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que en un plazo de dos años-, afirmó el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, quien destacó que las nuevas reglas del juego "tienen vigencia hasta 2013" y acabarán así con el "regateo" en el que se han convertido las negociaciones relativas a esta partida de los presupuestos.
El consejero catalán de Economía, Antoni Castells, mostró también su satisfacción por el pacto alcanzado. Con los mismos criterios, la cifra relativa a inversiones para Cataluña en los presupuestos de 2008 podría rondar los 4.550 millones de euros, incluida la partida de 250 millones de Renfe, según las mismas fuentes.
Ejecución mínima
Castells subrayó que el acuerdo supone una revisión "significativa" de los datos de este año -esos 826 millones adicionales- y el establecimiento de una serie de cláusulas de garantía. Entre éstas, destacó "un nivel de ejecución mínimo de las inversiones presupuestadas", una de las grandes demandas de los sucesivos gobiernos autónomos ante las bajas cifras de ejecución de los últimos años. La Generalitat se ha asegurado que el Gobierno central ejecute, al menos, la inversión media realizada en esta comunidad en los dos últimos años.
Los problemas de las infraestructuras en Cataluña han marcado la agenda política de los últimos tiempos. En especial tras la aprobación del Estatuto, que liga la inversión en Cataluña al peso del producto interior bruto (PIB) de la comunidad en el conjunto del España: el 18,8%. Ese porcentaje se tradujo en 3.445 millones en los presupuestos de 2007: 3.195, según Solbes, más la partida adicional de 250 millones destinada a la red ferroviaria. El consejero catalán de Economía, Antoni Castells, manifestó entonces que con esa inversión se cumplía "escrupulosamente" con el Estatuto, aunque más adelante dijo que no aceptaría los mismos criterios para los presupuestos de 2008 y posteriores porque los consideraba "restrictivos".
Una vez pactados los nuevos capítulos de inversión, Solbes explicó que es hora de pasar "de la prosa al teatro". "Hay que dejar de hablar de números y empezar a discutir sobre problemas reales: cómo y, sobre todo, dónde hay que invertir en el futuro", argumentó.
Castells, por su parte, aludió a que el pacto alcanzado supone "reconocer que Cataluña tiene un déficit excesivo" en materia de infraestructuras, que se compensará "con un esfuerzo excepcional" hasta 2013. Implícitamente, el consejero resaltaba así que en esta ocasión no es aplicable el café para todos, aunque otras comunidades autónomas han incluido también aspectos relacionados con las inversiones en sus nuevos estatutos.
Felip Puig, portavoz de CiU, eludió valorar el pacto de ayer, pero sí advirtió que para los presupuestos de 2008, que se deben cerrar a finales de semana, la federación nacionalista no aceptará un cheque por debajo de los 5.800 millones de euros (cifra que incluye los 826 adicionales pactados para este año). "Cualquier rebaja sería un fracaso negociador del Gobierno catalán", dijo.
El acuerdo ha contribuido a acercar posturas entre los tres socios del Ejecutivo autónomo, cuyos máximos responsables estuvieron en todo momento al corriente de las negociaciones. El Consell Executiu -la reunión del Gobierno catalán- de esta mañana ratificará el acuerdo oficialmente.
Aún así, tanto ERC como ICV quisieron dejar claro que una cosa es el acuerdo sobre cómo se aplica la disposición adicional tercera del Estatuto y otra muy distinta la postura de cada partido en el conjunto de los presupuestos, donde cada partido tiene manos libres para votar en función de sus intereses. El presidente de ICV y consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, avanzó que su partido asume por completo el acuerdo Solbes-Castells, que calificó de "satisfactorio". Por su parte, el portavoz de ERC en el Parlamento catalán, Joan Ridao, dijo que una cifra en torno a los 4.000 millones sería "considerable".
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Us poso uns quants comentaris dels centenars que té la notícia a El País, diari d'esquerres... els comentaris que puguin haver-hi a La Razón o l'ABC millor ni pensar-hi
Recuerdo a mi padre cuando, en tiempos de Franco, tuvo que emigrar a Cataluña para no morir de hambre en el pueblo, tras más de tres años sin poder regresar a ver a sus hijos y en una reunión familiar tuvo un altercado con el cura del pueblo (le puedo salir muy caro), el tema de fondo era ¿por que Franco ha invertido tantísimo dinero en la industria Catalana y en nuestra región nos deja morir de hambre y nos obliga a emigrar?, aquello se enzarzó en una discusión que entonces no entendía. Franco, curiosamente ha levantado a esta región y ahora continúan. Tal vez sean más listos que el resto de los Españoles.
Pere (118) La M-40, M-50, T4,.... son todas infraestructuras de pasadas legislaturas. En esta en Madrid se ha invertido 0. Es la Comunidad que más riqueza genera y la que menos recibe, y sabes una cosa???? me parece bien. Hay comunidades que lo necesitan más. Mira, si tanto queréis recibir el mismo PIB que generáis, lo mejor que podéis hacer es independizaros, que ya el resto os cerraremos la frontera.Cataluña es insolidaria, malcriada, victimista. Os va a comprar un producto la Sra. Rita
Oye, catalán 128, que las obras de Madrid las hemos pagado los madrileños. Y no estamos todo el día llorando como vosotros, ay, que mi tren no funciona (intenta llegar a trabajar en Madrid puntualmente un día aleatorio de la semana con la renfe y si llueve ni te cuento), ay que si no puedo comer pantumaca, ay, que si mi niño no podrá bailar la sardana porque todos los demás son unos fascistas represores (pero luego bien que pedís la pasta de esos fascistas represores), ay, que vaya fachas los españoles que llevan la bandera (¿y el homenaje a la senyera que es entonces, alguien me explica la diferencia?). Anda que vaya hipocresía........ O todo o nada, pero lo de las medias tintas no gusta, no. Hala, qeu os financie vuestro coleguita Rovira, que ese si que es uno de extrema-ultraderecha. Vamos, cosa rancia ese hombre. De verdad qeu cansais ya con vuestras cantinelas. Haceos un blog o algo pero dejadnos en paz a los demás, que hay otros problemas más acuciantes. Por cierto, no voto al pp, no me gusta tampoco. No sé si con eso vale para qeu no me llameis facha.
¡ Qué bién ¡ Y a los demás que nos den dos duros. PUÉS QUE TE VOTEN LOS CATALANES ZP.
La inversión en Infraestructuras se compone de la Estatal y la autonómica. El problema de Cataluña no es que el Estado no invierta, sino que la Generalitat prefiere gastar su dinero en abrir embajadas o subvencionar actividades "guays" neocatalnistas que complementar dicha inversión. Eso sí, cuando el transporte no funciona, la culpa es del Estado que no invierte. En Madrid, con una inversión del Estado ¡¡ la mitad¡¡ que en Cataluña, las cosas funcionan mejor, porque tanto ayuntamiento como comunidad invierten el dinero en cosas productivas en vez de en chorradas. Con su pan se coman en cataluña a sus políticos que, a diferencia del Dictador, no lo son por la gracia de Dios, sino por el voto de los catalanes.
de verguenza. Pensaba que el estado estaba para compensar desigualdades entre personas y territorios, no para pagar favores politicos a los ricos.
I així fins a 32 pàgines senceres de comentaris.
Impressionant.
Estado compensará Cataluña con 826 millones en inversión
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Marçal Guardiola i Sánchez - Railmotif.es revista de modelismo ferroviario - Web ferroviària - Història de la SEAT
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Quina caritat!
Si parlen de "compensar", és que reconeixen que ens espremen com unes sangoneres.El País wrote:El Gobierno compensa con 826 millones más a Cataluña este año para cumplir el Estatuto
El nivell d'execució mínim ha de ser del 100%. Punt i final. Qualsevol altra cosa és una estafa.Entre éstas, destacó "un nivel de ejecución mínimo de las inversiones presupuestadas", una de las grandes demandas de los sucesivos gobiernos autónomos ante las bajas cifras de ejecución de los últimos años.
I pel que fa als fatxes que hi responen, voldria creure que són una minoria que s'infla multiplicant-se en nicks i fent veure que són progres quan en realitat són ultra-fatxes de pronòstic; tanmateix i desgraciadament, em costa fer-me a la idea. Per tant, més val sols que mal acompanyats.
a: Preposició que indica lloc, temps, atribut, etc.
ha: 3a persona singular del present indicatiu del verb haver
Sense educació no hi ha democràcia.
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Contra-argumentació
A hores d'ara, amb 73 pàgines de comentaris, val a dir que també n'hi ha que foten canya als ultranacionalistes per sistema, i amb arguments diferents com la no-publicació de les balances fiscals, la domiciliació malaltissa d'empreses a Madrid, la "solidaritat" de la peperíssima Navarra, etc.wefer wrote:I així fins a 32 pàgines senceres de comentaris.
Impressionant.
Molt m'ensumo que aquests comentaris venen d'internautes catalans, però ja va sent hora de fer veure a la caverna mesetària com són les coses. Clar que falta que ens vulguin escoltar (cosa molt dubtable) i, d'altra banda, m'estic cansant de predicar en el desert, o sigui que més val centrar les forces allí on encara hi hagi possibilitats d'èxit.
a: Preposició que indica lloc, temps, atribut, etc.
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Les coses com són...
Hola!
Salut!
Realment, el Guigui té raó...Per què se'ns ha de compensar? Doncs perquè hi ha dèficit...El País wrote:El Gobierno compensa con 826 millones más a Cataluña este año para cumplir el Estatuto
Per això a alguns (com servidor) l'autonomisme ens sona a acudit dolent. Però bé això són altres temes.wefer wrote:I així fins a 32 pàgines senceres de comentaris.
Impressionant.
Salut!
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El Gobierno incrementa su inversión en Cataluña en plena presión independentista
BARCELONA.
IVA ANGUERA DE SOJO
El Gobierno pagará 826 millones de euros adicionales a la Generalitat en calidad de «compensación» por los Presupuestos de 2007, tras asumir la reivindicación del Estatuto (recurrido) de que el 18,8% de inversión en infraestructuras que debe llevarse a esta Comunidad se aplique a todas las partidas del Presupuesto, y no sólo a las de Fomento y Medio Ambiente. Así lo acordaron ayer de forma bilateral Pedro Solbes y el consejero de Economía, Antoni Castells.
El pacto, que fija el método de cálculo de las inversiones del Estado en Cataluña hasta 2013, sitúa la inversión estatal en esta Comunidad en 4.021 millones de euros durante el presente ejercicio (el 25,8 por ciento más), y permite preveer una inversión «sustanciamente mayor» para el próximo ejercicio, ahora en negociación. Es el fruto de un año de negociaciones, que concluye a las puertas de unas elecciones generales y en medio de una cacampaña de inusitada presión independentista a cuenta del colapso de algunos servicios públicos.
Apoyo garantizado
En todo caso, tras este acuerdo parece más que garantizado que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2008 superarán los 4.000 millones de euros exigidos por los nacionalistas, tanto CiU como ERC, para dar apoyo a las últimas cuentas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el pacto de ayer, Solbes olvida la contención impuesta hasta ahora en las cuentas públicas, pero se garantiza el apoyo de republicanos y convergentes, que sumado a los del PNV -una vez cerrado el acuerdo sobre el cupo vasco- y el BNG, permiten dar por aprobados los Presupuestos, uno de los debates más delicados para Zapatero en la recta final de su mandato.
De nada sirvieron las ofertas del PP, que insistía en su propuesta al Gobierno para evitar que la negociación de los presupuestos se convirtiera en «un mercado persa» con las cuentas públicas sometidas a todas las presiones derivadas de la próximidad electoral.
Aunque en esta ocasión la presión más efectiva parece haber sido, sin duda, la de los nacionalistas catalanes. El verano de crisis provocado por el colapso de las infraestructuras catalanas -desde el caos en Renfe a los problemas del aeropuerto de El Prat- y la deriva radical tanto de CiU como de ERC y de sectores del PSC, que se hizo especialmente patente durante la reciente celebración de la Diada, parecen haber hecho más mella en el presidente del Gobierno que las propuestas sociales de su ministro de Sanidad, visto el éxito obtenido por Castells.
Ayer, el propio Solbes reconoció que la disposición del Estatuto que fija las inversiones del Estado es «posiblemente excesiva», pero se felicitó por haber llegado a un acuerdo que permite cerrar el método de cálculo y empezar a poner nombres y apellidos a esas inversiones millonarias obligadas por el nuevo Estatuto catalán.
El ministro de Economía aseguró además que el Gobierno aplicará ese 18,8% de las inversiones con la «mayor lealtad», asumiendo así, tácitamente, las críticas de nacionalistas y socialistas catalanes ante las reticencias de su Ministerio a cumplir con lo estipulado en el Estatuto. «No nos falles», le había espetado el día anterior el presidente de la Generalitat, José Montilla, al presidente del Gobierno en la Fiesta de la Rosa del PSC. Y aunque fuentes próximas a la negociación aseguran que el acuerdo nada tiene que ver con la última visita de Zapatero a Barcelona, lo cierto es que el presidente del Gobierno recogió el guante.
Tras la visita de Zapatero
Así, 24 horas después de que Zapatero visitara Cataluña para prometer «el liderazgo ferroviario, económico e industrial» e intentar recuperar su sintonía con el electorado catalán de cara a las próximas elecciones generales, Pedro Solbes se plegaba a las exigencias de la Generalitat. Exigencias que hace un año desoyó estrepitosamente pese a que los socialistas catalanaes se enfrentaban a la decisiva reválida del 1-N.
De hecho, esta comunidad será uno de los destinos «mimados» por José Luis Rodríguez Zapatero en los meses que nos separan de las próximas elecciones generales, con la vista puesta en esos quince escaños de diferencia obtenidos por el PSC sobre el PP en Cataluña en las elecciones de 2004.
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El Gobierno pagará 826 millones de euros adicionales a la Generalitat en calidad de «compensación» por los Presupuestos de 2007, tras asumir la reivindicación del Estatuto (recurrido) de que el 18,8% de inversión en infraestructuras que debe llevarse a esta Comunidad se aplique a todas las partidas del Presupuesto, y no sólo a las de Fomento y Medio Ambiente. Así lo acordaron ayer de forma bilateral Pedro Solbes y el consejero de Economía, Antoni Castells.
El pacto, que fija el método de cálculo de las inversiones del Estado en Cataluña hasta 2013, sitúa la inversión estatal en esta Comunidad en 4.021 millones de euros durante el presente ejercicio (el 25,8 por ciento más), y permite preveer una inversión «sustanciamente mayor» para el próximo ejercicio, ahora en negociación. Es el fruto de un año de negociaciones, que concluye a las puertas de unas elecciones generales y en medio de una cacampaña de inusitada presión independentista a cuenta del colapso de algunos servicios públicos.
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En todo caso, tras este acuerdo parece más que garantizado que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2008 superarán los 4.000 millones de euros exigidos por los nacionalistas, tanto CiU como ERC, para dar apoyo a las últimas cuentas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el pacto de ayer, Solbes olvida la contención impuesta hasta ahora en las cuentas públicas, pero se garantiza el apoyo de republicanos y convergentes, que sumado a los del PNV -una vez cerrado el acuerdo sobre el cupo vasco- y el BNG, permiten dar por aprobados los Presupuestos, uno de los debates más delicados para Zapatero en la recta final de su mandato.
De nada sirvieron las ofertas del PP, que insistía en su propuesta al Gobierno para evitar que la negociación de los presupuestos se convirtiera en «un mercado persa» con las cuentas públicas sometidas a todas las presiones derivadas de la próximidad electoral.
Aunque en esta ocasión la presión más efectiva parece haber sido, sin duda, la de los nacionalistas catalanes. El verano de crisis provocado por el colapso de las infraestructuras catalanas -desde el caos en Renfe a los problemas del aeropuerto de El Prat- y la deriva radical tanto de CiU como de ERC y de sectores del PSC, que se hizo especialmente patente durante la reciente celebración de la Diada, parecen haber hecho más mella en el presidente del Gobierno que las propuestas sociales de su ministro de Sanidad, visto el éxito obtenido por Castells.
Ayer, el propio Solbes reconoció que la disposición del Estatuto que fija las inversiones del Estado es «posiblemente excesiva», pero se felicitó por haber llegado a un acuerdo que permite cerrar el método de cálculo y empezar a poner nombres y apellidos a esas inversiones millonarias obligadas por el nuevo Estatuto catalán.
El ministro de Economía aseguró además que el Gobierno aplicará ese 18,8% de las inversiones con la «mayor lealtad», asumiendo así, tácitamente, las críticas de nacionalistas y socialistas catalanes ante las reticencias de su Ministerio a cumplir con lo estipulado en el Estatuto. «No nos falles», le había espetado el día anterior el presidente de la Generalitat, José Montilla, al presidente del Gobierno en la Fiesta de la Rosa del PSC. Y aunque fuentes próximas a la negociación aseguran que el acuerdo nada tiene que ver con la última visita de Zapatero a Barcelona, lo cierto es que el presidente del Gobierno recogió el guante.
Tras la visita de Zapatero
Así, 24 horas después de que Zapatero visitara Cataluña para prometer «el liderazgo ferroviario, económico e industrial» e intentar recuperar su sintonía con el electorado catalán de cara a las próximas elecciones generales, Pedro Solbes se plegaba a las exigencias de la Generalitat. Exigencias que hace un año desoyó estrepitosamente pese a que los socialistas catalanaes se enfrentaban a la decisiva reválida del 1-N.
De hecho, esta comunidad será uno de los destinos «mimados» por José Luis Rodríguez Zapatero en los meses que nos separan de las próximas elecciones generales, con la vista puesta en esos quince escaños de diferencia obtenidos por el PSC sobre el PP en Cataluña en las elecciones de 2004.
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El pacto, que fija el método de cálculo de las inversiones del Estado en Cataluña hasta 2013, sitúa la inversión estatal en esta Comunidad en 4.021 millones de euros durante el presente ejercicio (el 25,8 por ciento más), y permite preveer una inversión «sustanciamente mayor» para el próximo ejercicio, ahora en negociación. Es el fruto de un año de negociaciones, que concluye a las puertas de unas elecciones generales y en medio de una cacampaña de inusitada presión independentista a cuenta del colapso de algunos servicios públicos.
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En todo caso, tras este acuerdo parece más que garantizado que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2008 superarán los 4.000 millones de euros exigidos por los nacionalistas, tanto CiU como ERC, para dar apoyo a las últimas cuentas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el pacto de ayer, Solbes olvida la contención impuesta hasta ahora en las cuentas públicas, pero se garantiza el apoyo de republicanos y convergentes, que sumado a los del PNV -una vez cerrado el acuerdo sobre el cupo vasco- y el BNG, permiten dar por aprobados los Presupuestos, uno de los debates más delicados para Zapatero en la recta final de su mandato.
De nada sirvieron las ofertas del PP, que insistía en su propuesta al Gobierno para evitar que la negociación de los presupuestos se convirtiera en «un mercado persa» con las cuentas públicas sometidas a todas las presiones derivadas de la próximidad electoral.
Aunque en esta ocasión la presión más efectiva parece haber sido, sin duda, la de los nacionalistas catalanes. El verano de crisis provocado por el colapso de las infraestructuras catalanas -desde el caos en Renfe a los problemas del aeropuerto de El Prat- y la deriva radical tanto de CiU como de ERC y de sectores del PSC, que se hizo especialmente patente durante la reciente celebración de la Diada, parecen haber hecho más mella en el presidente del Gobierno que las propuestas sociales de su ministro de Sanidad, visto el éxito obtenido por Castells.
Ayer, el propio Solbes reconoció que la disposición del Estatuto que fija las inversiones del Estado es «posiblemente excesiva», pero se felicitó por haber llegado a un acuerdo que permite cerrar el método de cálculo y empezar a poner nombres y apellidos a esas inversiones millonarias obligadas por el nuevo Estatuto catalán.
El ministro de Economía aseguró además que el Gobierno aplicará ese 18,8% de las inversiones con la «mayor lealtad», asumiendo así, tácitamente, las críticas de nacionalistas y socialistas catalanes ante las reticencias de su Ministerio a cumplir con lo estipulado en el Estatuto. «No nos falles», le había espetado el día anterior el presidente de la Generalitat, José Montilla, al presidente del Gobierno en la Fiesta de la Rosa del PSC. Y aunque fuentes próximas a la negociación aseguran que el acuerdo nada tiene que ver con la última visita de Zapatero a Barcelona, lo cierto es que el presidente del Gobierno recogió el guante.
Tras la visita de Zapatero
Así, 24 horas después de que Zapatero visitara Cataluña para prometer «el liderazgo ferroviario, económico e industrial» e intentar recuperar su sintonía con el electorado catalán de cara a las próximas elecciones generales, Pedro Solbes se plegaba a las exigencias de la Generalitat. Exigencias que hace un año desoyó estrepitosamente pese a que los socialistas catalanaes se enfrentaban a la decisiva reválida del 1-N.
De hecho, esta comunidad será uno de los destinos «mimados» por José Luis Rodríguez Zapatero en los meses que nos separan de las próximas elecciones generales, con la vista puesta en esos quince escaños de diferencia obtenidos por el PSC sobre el PP en Cataluña en las elecciones de 2004.
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El Gobierno pagará 826 millones de euros adicionales a la Generalitat en calidad de «compensación» por los Presupuestos de 2007, tras asumir la reivindicación del Estatuto (recurrido) de que el 18,8% de inversión en infraestructuras que debe llevarse a esta Comunidad se aplique a todas las partidas del Presupuesto, y no sólo a las de Fomento y Medio Ambiente. Así lo acordaron ayer de forma bilateral Pedro Solbes y el consejero de Economía, Antoni Castells.
El pacto, que fija el método de cálculo de las inversiones del Estado en Cataluña hasta 2013, sitúa la inversión estatal en esta Comunidad en 4.021 millones de euros durante el presente ejercicio (el 25,8 por ciento más), y permite preveer una inversión «sustanciamente mayor» para el próximo ejercicio, ahora en negociación. Es el fruto de un año de negociaciones, que concluye a las puertas de unas elecciones generales y en medio de una cacampaña de inusitada presión independentista a cuenta del colapso de algunos servicios públicos.
Apoyo garantizado
En todo caso, tras este acuerdo parece más que garantizado que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2008 superarán los 4.000 millones de euros exigidos por los nacionalistas, tanto CiU como ERC, para dar apoyo a las últimas cuentas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el pacto de ayer, Solbes olvida la contención impuesta hasta ahora en las cuentas públicas, pero se garantiza el apoyo de republicanos y convergentes, que sumado a los del PNV -una vez cerrado el acuerdo sobre el cupo vasco- y el BNG, permiten dar por aprobados los Presupuestos, uno de los debates más delicados para Zapatero en la recta final de su mandato.
De nada sirvieron las ofertas del PP, que insistía en su propuesta al Gobierno para evitar que la negociación de los presupuestos se convirtiera en «un mercado persa» con las cuentas públicas sometidas a todas las presiones derivadas de la próximidad electoral.
Aunque en esta ocasión la presión más efectiva parece haber sido, sin duda, la de los nacionalistas catalanes. El verano de crisis provocado por el colapso de las infraestructuras catalanas -desde el caos en Renfe a los problemas del aeropuerto de El Prat- y la deriva radical tanto de CiU como de ERC y de sectores del PSC, que se hizo especialmente patente durante la reciente celebración de la Diada, parecen haber hecho más mella en el presidente del Gobierno que las propuestas sociales de su ministro de Sanidad, visto el éxito obtenido por Castells.
Ayer, el propio Solbes reconoció que la disposición del Estatuto que fija las inversiones del Estado es «posiblemente excesiva», pero se felicitó por haber llegado a un acuerdo que permite cerrar el método de cálculo y empezar a poner nombres y apellidos a esas inversiones millonarias obligadas por el nuevo Estatuto catalán.
El ministro de Economía aseguró además que el Gobierno aplicará ese 18,8% de las inversiones con la «mayor lealtad», asumiendo así, tácitamente, las críticas de nacionalistas y socialistas catalanes ante las reticencias de su Ministerio a cumplir con lo estipulado en el Estatuto. «No nos falles», le había espetado el día anterior el presidente de la Generalitat, José Montilla, al presidente del Gobierno en la Fiesta de la Rosa del PSC. Y aunque fuentes próximas a la negociación aseguran que el acuerdo nada tiene que ver con la última visita de Zapatero a Barcelona, lo cierto es que el presidente del Gobierno recogió el guante.
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De hecho, esta comunidad será uno de los destinos «mimados» por José Luis Rodríguez Zapatero en los meses que nos separan de las próximas elecciones generales, con la vista puesta en esos quince escaños de diferencia obtenidos por el PSC sobre el PP en Cataluña en las elecciones de 2004.
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