Airbus y Dassault deslocalizan producción por alza del euro

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Airbus y Dassault deslocalizan parte de su producción por el alza del euro

La industria aeronáutica europea traslada actividades a la 'zona dólar' | Por cada 10 céntimos de alza del euro, Airbus pierde 1.000 millones | "La sustancia industrial se está marchando de Europa", dice Gallois

El alza desbocada del euro con relación al dólar ha empezado a cobrarse las primeras víctimas de peso. Dos de los mayores fabricantes aeronáuticos europeos -Airbus y Dassault- han anunciado con pocas horas de diferencia su decisión de deslocalizar parte de la producción y trasladarla fuera de Europa, a la zona dólar,so pena de caer barridos por la fortaleza de la divisa europea

Louis Gallois, presidente ejecutivo del grupo aeronáutico y de defensa europeo EADS -casa madre de Airbus-, confirmó ayer esta decisión y advirtió seriamente a los gobiernos europeos sobre los gravísimos costes que puede tener la inacción en este terreno. "La sustancia industrial se está marchando de Europa", afirmó Gallois en unas declaraciones radiofónicas, en las que precisó que "una parte de la industria aeronáutica y espacial europea está amenazada por la evolución del dólar". "Europa debe despertarse", clamó.

El presidente de EADS, que hace tan solo una semana se había referido a las deslocalizaciones como una posibilidad, las confirmó ayer como un hecho inevitable. "El único medio de preparar a Airbus para un dólar que nadie domina es desgraciadamente instalarse en la zona dólar", afirmó Gallois, quien precisó que el proceso "concernirá a todos los aviones, pero no a todas las piezas". Los elementos del fuselaje, parte de las alas y las puertas acabarán fabricándose "fuera de Europa". El cambio no será inmediato -este se producirá "durante el próximo decenio"-, pero sí será inevitable. Especialmente afectados se verán los subcontratistas, a quienes Gallois animó asimismo a deslocalizar su actividad.

La decisión no ha sido improvisada. El pasado 22 de noviembre, el presidente de Airbus, Thomas Enders, ya preparó a los representantes sindicales del comité de empresa de la planta de Hamburgo para un duro ajuste, que añadir al que comporta el plan Power 8, que prevé la supresión de 10.000 puestos de trabajo en Europa de aquí al año 2010. "Tenemos que revisar nuestro modelo industrial, tomar medidas radicales", dijo entonces Enders, para quien la tasa de cambio entre el euro y el dólar "ha traspasado el límite de lo soportable".

De poco vale que Airbus, una vez superada la crisis del gigante A-380 y lanzado de forma exitosa el nuevo A-350, navegue con el viento a favor y haya superado ya, antes mismo de finalizar el año, su récord histórico de venta de aviones. Una combinación letal grava la marcha de la empresa: Airbus vende en dólares, mientras que la mayor parte de los gastos los paga en euros. ¿Cabría pasar a vender en euros? Gallois lo consideró ayer irrealizable. Los clientes -dijo- no lo aceptarían y además serviría de bien poco, por cuanto su principal competidor, el grupo norteamericano Boeing, seguiría produciendo y vendiendo en dólares.

El plan Power 8, a través del cual Airbus pretendía ahorrar unos 5.000 millones de euros, está gravemente comprometido por la baja del dólar. Todo el cálculo partía de la base de una paridad de 1,35 dólares por euro, barrera que ya ha sido ampliamente superada. En este contexto, cada subida de 10 céntimos en el valor del euro supone una pérdida para el grupo europeo de 1.000 millones de euros.

El problema, sin embargo, no se reduce a Airbus. Otro de los grandes fabricantes aeronáuticos europeos, el grupo francés Dassault -que entre otros produce los aviones Falcon, Mirage y Rafale-, también ha decidido deslocalizar parte de su producción. Así lo anunció este fin de semana, en una entrevista en el diario Le Monde, el presidente de Dassault Aviation, Charles Edelstenne, quien avanzó que sólo conservarán en Europa las cadenas de montaje y las actividades de alta tecnología. "Todo lo demás puede ser deslocalizado", afirmó. Para Edelstenne, la actual política monetaria europea "puede comportar la desaparición completa de determinadas industrias".

Las iniciativas paralelas de Airbus y Dassault vienen a dar la razón al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que hasta ahora ha clamado como un loco en el desierto contra la política del Banco Central Europeo (BCE). Ayer el primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, favorable a un euro fuerte, admitió que la actual cotización puede "pesar sobre el desarrollo económico". El ministro español de Economía, Pedro Solbes, mostró también su preocupación por la competitividad de la empresa.