De La Vanguardia en paper d'avui:
Tarifas dolorosas
El aumento de precio del metro y el autobús causa indignación entre los usuarios
RAÚL MONTILLA - Barcelona
No se entiende, hasta el punto de que hasta llega a indignar. Y duele. La subida de tarifas del transporte público es algo que nunca gusta, pero este año menos. Porque sube más de lo habitual, incluso más que cuando no había crisis. Y porque lo hace especialmente la T-10, que es la tarjeta más utilizada. No gusta porque la medida ataca directamente al bolsillo de la mayoría de los ciudadanos: los que utilizan el transporte público en detrimento del transporte privado, muchas veces porque es el medio más económico o porque no les queda otra.
Las protestas se alzaron ayer desde partidos políticos, asociaciones de usuarios... Múltiples voces, pero fue en la calle donde el descontento era más palpable. Pocos usuarios del transporte público desconocían que el 1 de enero tendrán que pagar 7,70 euros por la T-10, frente a los 7,20 que pagan ahora. O que la tarjeta 50/ 30 sufrirá una subida también de entre el 5,6% o el 5,7% dependiendo de la zona. El incremento de cada año, habitualmente, se asume con quejas, que se suelen expresar con la boca pequeña. Este año no. Los comentarios de "ellos qué van a saber, si utilizan coches de lujo para moverse" o "amíme gustaría verlos en el metro a las siete de la mañana en invierno o a las ocho de la tarde en verano", se repetían. Y algunos peores.
"¿No será que lo suben para pagar el árbol de Navidad a pedales?", bromeaba Miguel Jiménez en una de las numerosas paradas de autobús del entorno de la plaza Espanya. "Ahora en serio - carraspeaba-,todo esto es una prueba más de lo que los políticos se están alejando de los problemas reales de la gente. Y eso sí que es preocupante, más que la subida del transporte. Crear la T-12 está bien, aunque considero que es excesivo aún que se pague 35 euros cada año. Pero mis hijos, de todas formas, no utilizan el metro para trabajar. Yo sí", añadía este usuario del autobús.
La sensación generalizada era esa. La falta de conocimiento de la realidad de los políticos - como genérico-."Es que hay crisis. La cosa está muy mal. Tendrían que darse cuenta", sentenciaba Juan Romero Galán, pequeño constructor de 52 años dedicado ahora a hacer "remiendos para salir adelante". Casi cada día, cuando tiene que ir a Barcelona, deja aparcada la furgoneta en alguna ciudad del área metropolitana, cerca de una parada de metro - "No voy a pagar 25 o 30 euros por un parking"-y opta por la T-10. "Yyo sé de qué hablo cuando digo que la cosa está muy mal. Y lo que no puede ser es que suban algo que además utiliza la gente que va más justa", añadía.
CRÍTICAS A LOS QUE MANDAN Los usuarios dicen que los políticos tienen sus coches de lujo para moverse
QUIEBRA DE CONFIANZA "¿No será que lo suben para pagar el árbol de Navidad a pedales?"
GESTO MUY CRITICADO Algunos consideran que los precios se deberían haber congelado dos años
MULTA POR COLARSE El usuario pide que antes de subir tarifas se vigile más a los que no pagan su billete
"Es que, de alguna forma, es algo que afecta sobre todo a los que menos posibilidades tienen", explicaba en la avenida Paral · lel Mercè Batlle mientras aparcaba en el Bicing. "Yo me muevo en bicicleta, cuando el servicio no está estropeado o hay algún problema - sonreía-.Para ir a según qué sitio me muevo en transporte público. A lo mejor la subida realmente a mí no me supone un problema. Cojo transporte público, pero también puedo tomar el coche. Pero ¿y quien no puede hacerlo?", se preguntaba. "Tendría que ser gratuito, es una necesidad", añadía.
Este último posicionamiento se repetía en más de un usuario.
"Es un servicio público. Si no puede ser gratuito, al menos que reciba subvenciones para que le cueste lo menos posible al ciudadano, aunque sea deficitario. Ya lo pagamos con nuestros impuestos. Si no, que no me cobren impuestos y cogeré un taxi, y así no tendré que ir en el metro o en el autobús como en una lata de sardinas", razonaba Fran en la parada de metro de Hostafrancs.
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Pagar 7,20 euros por una tarjeta ya es caro. Y más por el servicio que nos ofrecen, con los problemas que ha habido y que hay. Por ejemplo, en Renfe. No es lógico ni justo que encima tengamos que pagar más. Y que sea una subida tan importante tal como estamos… Es que 50 céntimos, parece que no, pero es dinero", razonaba ayer Domingo Carrero. En su caso, en la parada de metro de la línea 5 de Cornellà.
"El precio lo tendrían que haber congelado, al menos, dos años. Lo que dicen que va a durar la crisis. Es una subida muy poco sensible a la realidad. Estamos en crisis pero suben los precios. No se entiende", añadía Alicia Albertos. Cristina López se confesaba: "Mi marido trabaja en TMB". Y después se desahogaba: "Yo, por supuesto que lo veo mal también. En la empresa hay dinero. Y hay mucha gente que se cuela".
De hecho, algún usuario incluso lo señalaba. Uno aseguraba que, aunque la multa es de 40 euros, si se paga pronto se puede quedar en 20. Y sale más a cuenta que pagar.
La noticia era comentada. Era sabida. Aunque todavía ayer a alguno le pillaba por sorpresa. Era el caso de Fátima Bayón, en paro, de 34 años, con dos hijos pequeños - ahora los dos resfriados-y que se veía obligada a correr detrás de uno de ellos por el interior del tranvía. "El niño tiene la manía de escaparse", aseguraba cuando se bajaba en la parada de Montesa. A pesar de haber recuperado el aliento, recibía la noticia con la boca abierta. "La T-10 ya cuesta 7,20 euros, que ya es dinero. Pero 7,70… Yo a veces tengo que pedirles dinero a mis padres para comprar alguna tarjeta... Unos cincuenta céntimos por cada tarjeta puede parecer poco dinero, pero cuando no llegas a final de mes, es mucho. ¡Y eso que estamos en tiempos de crisis!".
Un vistazo a los precios en Europa
El Govern divulgó ayer un informe elaborado por la Autoritat del Transport Metropolità en el que se argumenta que, con todo, Barcelona sigue gozando de un transporte público relativamente más barato que otras capitales europeas. Llama la atención que en este comparativo no se haya incluido el metro de Madrid, que pese a un considerable déficit, sigue teniendo un coste más barato para los viajes simples (la red de Madrid no está integrada como la de Barcelona). De acuerdo con las cuentas de la ATM, Barcelona sigue gozando del abono mensual más barato en comparación con los de Bruselas, París, Londres, Viena y Lyon.
Del mismo modo, el abono de diez viajes para una sola zona que, como ocurre en el caso de Barcelona, es el más utilizado por los usuarios de la red en la mayoría de las ciudades, también es el más barato. De todos modos esto tiene sus matices. El abono de diez viajes en París cuesta, por ejemplo, 11,40. Sin embargo, en esta comparación, el trabajo de la ATM ignora las importantes reducciones de las tarifas sociales de las que se benefician los usuarios de la red parisina y también el hecho de que el coste de los desplazamientos al trabajo forma parte de los gastos a los que han de hacer frente las empresas. Esto resta presión social sobre los precios del transporte y, por el contrario, incrementa las quejas de la patronal cada vez que la autoridad metropolitana de París incrementa los precios. Algo parecido ocurre en la aglomeración de Bruselas.
En el caso de Londres, la política tarifaria es muy flexible y goza también de numerosas ayudas sociales, que han llevado a la red pública al borde de la bancarrota en más de una ocasión. Además, la política tanto en la red de ferrocarril como en la de metro - la primera privatizada de Europa en el caso de el tren-es particularmente favorable al usuario, al ofrecerle siempre las tarifas más convenientes.
El ´tarjetazo´ de la década
Desde que los precios se cuentan en euros, e incluso cuando reinaba la peseta, jamás se había producido un incremento de la T-10 - el título de transporte más utilizado-tan alto como el que se registrará el próximo 1 de enero. A lo largo de esta década,las subidas han oscilado entre el 3,5% y el 5,5% (en el 2006). En valores absolutos, nunca se había dado una subida superior a los 35 céntimos.Ahora el tarjetazo es de 50 céntimos.
Recaudación de 48 millones al mes
En el primer semestre de este año, el sistema de transporte públicode la ATM ha validado un total de 482,3 millones de viajes, lo que supone un descenso del 1% respecto al mismo periodo del 2007. Estos desplazamientos suponen unos ingresos de 291,8 millones de euros, de los que casi 160 proceden de la recaudación de TMB. La mayor caída en el númerode viajes (un 11,6%) corresponde a los autobuses de TMB.
Madrid aumenta un 8,6% el metro
Los títulos de transporte más utilizados del metro de Madrid habrán subido este año un 8,6%. La Comunidad incrementó un 2% las tarifas a mitad del verano para sufragar los costes derivados del aumento de los precios de los carburantes. A esta actualización de tarifa se sumará la revisión anual, con la que el precio del metrobúsrepuntará un 6,8%. A diferencia de Barcelona, el sistema tarifario de Madrid no está integrado.
Sindicatos y usuarios arremeten contra la subida
Opinión unánime: es el peor momento para aumentar las tarifas por encima del poder adquisitivo de los salarios
JAUME V. AROCA - Barcelona
Pese a esta subida, al Govern le faltan 112 millones para poner en marcha la L-9 en septiembre.
Con la excepción del consejo de administración de la ATM y de las instituciones que cada uno representa - en realidad, como se explica en esta página, ni tan siquiera todos los miembros del consejo lo apoyaron-,nadie entiende ni comparte el incremento de los títulos más comunes del transporte público del área de Barcelona.
Por mucho que ayer la Generalitat y los municipios trataban de hacer pedagogía y explicar las causas de esta decisión, durante todo el día tronaron las voces contrarias al incremento de los precios.
El argumento compartido por todos los críticos es unánime: este es el peor momento para apoyar un aumento por encima del poder adquisitivo de los salarios.
Los dos sindicatos mayoritarios en Catalunya fueron de los primeros en poner el grito en el cielo. La Unión General de Trabajadores acusó al Govern de fomentar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, y juzgó inexplicable que en un momento de graves dificultades para las clases más modestas un gobierno de izquierdas apruebe este incremento. En la misma línea abundó Comisiones Obreras. También el presidente del Consell de Treball, Econòmic i Social, Josep Maria Rañé, criticó la medida al advertir que "cualquier subida de precios por encima del índice de precios al consumo perjudica a las familias". La organización de usuarios, Promoció del Transport Públic también criticó el aumento.
El malestar de las organizaciones sociales catalanas es doble, porque, en esta ocasión, el organismo consultivo de la ATM donde están representados los sindicatos ni tan siquiera ha sido escuchado a la hora de revisar las tarifas.
En el terreno político, el líder de la oposición, el convergente Xavier Trias, calificó de "escándalo" que su adversario, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, acepte "este incremento exagerado de las tarifas". En el mismo sentido también criticó que la tarjeta para estudiantes no sea "totalmente "gratuita. El portavoz del PP, Alberto Fernández Díaz, calificó el incremento de "tarjetazo abusivo". El edil popular calificó a la T-12 de "positiva pero insuficiente, ya que las familias numerosas vuelven a estar excluidas". El sistema, no obstante, es deficitario. "Incluso con este incremento en el 2009 tendremos que inyectar 112 millones para poner en marcha la ampliación de la línea 9", aseguraba ayer el secretario de Mobilitat de la Generalitat, Manel Nadal. "El sistema tiene problemas. Tal vez nuestro error es no explicarlo mejor a nuestros usuarios".
En la misma línea se pronunciaba la concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona y presidenta de TMB, Assumpta Escarp: "Ayer, a la vez que aumentábamos las tarifas, incrementamos un 10% la subvención de los ayuntamientos al sistema de transporte público. La administración subvenciona casi el 60% de cada viaje que se realiza en la red pública". El alcalde Jordi Hereu ha avalado el aumento de las tarifas.
En el fondo, lo que pone de manifiesto esta controversia es la debilidad del sistema de financiación del transporte público, y también, como admiten algunos gestores, las ineficiencias derivadas de unas compañías públicas que no se han adaptado - porque probablemente nunca lo han necesitado-a las necesidades del mercado.
Portabella se abstuvo
Una de las voces más críticas escuchadas ayer fue la del concejal de ERC, Jordi Portabella. Su posición llamaba la atención ayer en la medida que el concejal republicano forma parte del consejo de administración de la Autoritat del Transport Metropolità que aprobó las tarifas. La contradicción se aclaró cuando fuentes de ERC precisaron que Portabella se abstuvo en la votación de las tarifas. Fue la única voz matizadamente discrepante en la reunión del lunes en la ATM donde otra representante de ERC, esta vez, por el Govern, sí votó a favor. Portabella ayer consideraba "inadmisible la creación de un nuevo título de transporte para los estudiantes mientras se incrementa el precio del título de transporte más usual por encima del IPC". En este sentido, el líder republicano reclamó una ley de financiación del transporte público "para poner las cosas en claro".