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La calle Urgell y la avenida Sarrià cambiarán de sentido
El Ayuntamiento, pensando en el tranvía, estudia modificar la circulación en algunos tramos
El tranvía avanza muy lentamente, pero avanza. El gobierno municipal está a la espera de unos informes técnicos que tardarán todavía muchos meses en ver la luz y, además, no ha conseguido todavía los mínimos apoyos políticos necesarios (BComú ni siquiera tiene garantizado el de sus socios del PSC) para que el que estaba llamado a ser el proyecto emblemático del primer mandato de Ada Colau se convierta en realidad. Sin embargo, el equipo de la alcaldesa de Barcelona va preparando el terreno por si llegan tiempos mejores para el enlace tranviario por la Diagonal. Prueba de ello es la publicación, anteayer, del anuncio de licitación del contrato de servicios para la redacción del proyecto de las obras de reordenación de la avenida Sarrià (entre Diagonal y Urgell), su conexión con la calle Viladomat y el cambio de sentido de la calle Urgell, entre la plaza Francesc Macià y la calle París.
Aunque en las bases de este concurso se afirma que “estas actuaciones están relacionadas con la implementación de la nueva red de bus y la mejora de la movilidad en la ciudad de Barcelona”, la iniciativa de licitar la redacción del proyecto (valorada en 57.693,56 euros) no parece en absoluto vinculada a la culminación del sistema ortogonal de autobuses (en el diseño hecho por el gobierno de Xavier Trias no se preveían los cambios de sentido de algunas calles muy importantes de la ciudad), sino a la conexión del tranvía por la Diagonal.
De hecho, la inversión del actual sentido de la circulación en los citados tramos de la calle Urgell y la avenida Sarrià sí estaban ya previstos en los estudios del tranvía por la Diagonal efectuados por el gobierno socialista antes de convocar y perder la consulta sobre la reforma de la gran avenida. Y también estaban incluidos en las consideraciones de los técnicos a los informes preliminares de la conexión del tranvía encargados por el actual gobierno, tal y como adelantó La Vanguardia el pasado 12 de febrero.
En el pliego de prescripciones técnicas que acompaña a la licitación de la redacción del proyecto se establece que este abarcará la reordenación de la avenida Sarrià entre Diagonal y Urgell, “planteando el cambio de sentido de circulación del tramo entre Diagonal y la calle Londres”. En este sector la avenida que conecta los distritos del Eixample (haciendo frontera con Les Corts) y Sarrià-Sant Gervasi tendría sentido descendente, lo que rompería su actual uniformidad (ascendente).
El segundo cambio afectaría a la conexión de la avenida Sarrià con la calle Viladomat y, ligado a las dos anteriores actuaciones, se cambiaría también el sentido de la marcha de la calle Urgell, entre la plaza Francesc Macià y la calle París. En la actualidad Urgell es una calle de subida desde su origen en el barrio de Sant Antoni hasta la calle París, mientras que es una vía de bajada únicamente en el tramo entre Francesc Macià y la calle París.
Las modificaciones del sentido de circulación en la calle Urgell y la avenida Sarrià, que aún no tienen calendario, conllevarían la “pacificación” del sector de la avenida Sarrià comprendido entre las calles Londres y París, así como la reordenación de la conexión entre Josep Tarradellas y Viladomat.
La suma de estas intervenciones completaría una transformación muy importante de la movilidad en esta zona de Barcelona que soporta un tráfico denso y complejo.
Las bases del proyecto señala que los cambios de sentido propuestos obligarán a borrar las actuales líneas y marcas de señalización horizontal, a hacer un nuevo diseño y recolocar la señalización vertical y al “arreglo del aglomerado en caliente de la calzada”.
También se incluye el diseño de la semaforización de los cruces afectados y las adaptaciones en la urbanización de las calles afectadas, especialmente el tramo de la avenida Sarrià entre Londres y París y la conexión de la avenida Josep Tarradellas con la calle Viladomat para conectar la circulación de vehículos desde la avenida Sarrià en sentido mar.
En las bases de este concurso público, el Ayuntamiento no se moja sobre el coste económico que podrían reportar todos estos cambios. De los estudios en detalle que habrá que realizar posteriormente saldrá la factura de esta transformación urbana y en el sistema de movilidad. A lo sumo, los contratantes del servicio, el área de Ecología, Urbanismo y Movilidad que dirige la teniente de alcalde Janet Sanz, se atreven con una estimación: el presupuesto de la totalidad de las obras derivadas del proyecto rondaría, según los primeros cálculos, los dos millones de euros.
Cuando puso sobre la mesa la conexión del Trambaix y el Trambesòs por la Diagonal, el gobierno de Ada Colau ya daba por hecho que la avenida Sarrià –modificando parcialmente el sentido de la circulación– y la calle Numància tendrían que ser las dos vías encargadas de redirigir hacia el Eixample el flujo de vehículos que entran a Barcelona a través de la Diagonal.