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El proyecto involucra a una joint venture formada por QEV Techonologies, BTech y Ronn Motor Group (RMG). Planean inversiones por valor de 1.000 millones de euros, así como mantener el nivel de empleo cuando estén a pleno rendimiento.

Si finalmente adquieren las instalaciones de Nissan en Barcelona, la compañía tendría como objetivo comenzar a fabricar su pick-up a finales de 2022. Ya durante el año que viene esperan una producción de 4.000 unidades, una cifra que iría creciendo hasta los 30.000 vehículos anuales antes de 2030.

Por otro lado, QEV Technologies tiene planeado ampliar la oferta de vehículos que salgan de la Zona Franca. Espera poder fabricar tres furgonetas cargo de diferentes tamaños destinadas al reparto de mensajería de última milla, así como autobuses que irían desde los 8 metros hasta los 12 metros de longitud, y camiones pequeños. También se contempla continuar con la producción de algunas de las líneas que ya tiene Nissan, como la de la e-NV200, bajo un nuevo nombre de marca.

L’anomenat D-hub per a la descarbonització, liderat per QEV i Btech, que aspira a ressuscitar l’antiga EBRO i a produir vehicles elèctrics amb la marca ZEROID, és l’única candidatura que concorre al procés per a la reindustrialització de les antigues instal·lacions de Nissan.

El D-hub, que disposa d’una dotació de 107,8 milions del PERTE del vehicle elèctric, ha estat la favorita després que opcions com la de la xinesa Great Wall Motors desistissin del projecte. Si s’adjudica el projecte al D-hub, gestionarà 500.000 metres quadrats d’alt valor logístic i industrial.