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Resucita el tranvía
Diari de Tarragona
El reciente anuncio del plan de la Generalitat para, en un plazo de cuatro años, crear cuatro nuevas líneas de Cercanías en el Camp de Tarragona, intenta paliar una de las carencias largamente denunciadas en esta zona metropolitana del Camp, que se consolida ya como una de las nuevas centralidades de Cataluña. Su peso económico, que empuja el crecimiento demográfico hacia los 800.000 habitantes, y su potencial de crecimiento en todos los órdenes, justifican que una de las prioridades sea mejorar cuanto antes las comunicaciones terrestres y ferroviarias.
En este último terreno, la Generalitat propone ahora reforzar los ejes del interior y la costa, desde La Plana-Picamoixons y Cambrils hasta San Vicenç de Calders, usando para ello las vías actuales. Además, prevé crear una de «alta velocidad regional» con convoyes que circularían desde Figueres hasta L´Aldea por la línea del AVE. Todos estos apoyos, a la espera de que Renfe traspase Cercanías a Cataluña, aliviarán las crecientes necesidades de movilidad entre las principales poblaciones del Camp. Más aún cuando a las realidades demográficas oficiales hay que añadir las «virtuales», las que están conectadas a las “segundas residencias” y que no aparecen reflejadas en los padrones municipales.
Habrá más trenes y más frecuencias pero estos avances, con ser importantes, habría que situarlos, mirando más al futuro, como el complemento necesario de otro proyecto clave que aún está en fase de estudio: la construcción de un tranvía o tramcamp que, definitivamente, cree un potente flujo de intercambio entre las ciudades.
El Pla Territorial del Camp de Tarragona prevé la llegada de este tipo de transporte, hoy en auge en muchas ciudades españolas y que “vuelve” después de casi 180 años de historia. Los expertos dicen que es el más idóneo para ciudades de tamaño medio y el más flexible, porque puede adaptarse tanto a recorridos urbanos como a distancias periféricas. Los defensores del retorno de la vieja máquina, ahora transformada con los últimos adelantos tecnológicos hablan de sus excelencias: más rapidez, sostenibilidad, menos contaminación, más silencio…Pero lo que aporta la llegada de los tram es, además, un valor social de cohesión y autonomía del territorio.
El tranvía y una política de integración de tarifas, que aquí ya se ha puesto en marcha, disuadirían a muchos del uso del transporte privado, hoy un mal menor para muchos por la imagen de incomodidad que sigue ofreciendo el transporte público. Quedan aún por resolver muchas incógnitas sobre el tramcamp. El recorrido deberá ser eficaz, es decir, conectar las ciudades claves del Camp, sus hospitales y grandes centros de trabajo, el aeropuerto y estaciones de trenes y autobuses. Falta otra variable fundamental, los plazos de ejecución. Para que el proyecto no se eternice y acabe en una burbuja, será necesario que los actores económicos y políticos de este territorio sumen energías para defender pilares del futuro que nos beneficiarán a todos.
En otros lugares ya lo han hecho. Trece grandes ciudades españolas, doce de ellas capitales de provincia, han incorporado a sus paisajes la figura “resucitada” del tranvía: Barcelona, Valencia, Bilbao, Palma, Murcia…También han dado el paso en Santa Cruz de Tenerife, unida ya por este medio con la vecina Laguna. Ha sido la coronación de una brillante idea de vertebración del área metropolitana de Santa Cruz que romperá, lentamente, muchos y viejos prejuicios culturales que hacían que las dos grandes ciudades se miraran con desconfianza. También en la misma isla, el proyecto del tranvía Santa Cruz - Las Américas, de 85 kilómetros, comunicará el norte y el sur con una rapidez sin precedentes. Otras trece ciudades españolas estudian apuntarse a este “revival” del tranvía, dispuesto a triunfar de nuevo con un trazo discreto y silencioso sobre el asfalto.