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Sí a la implantación de la nueva línea de autobús "Pla de Palau-Ciutat Meridiana" por la avenida Meridiana
Para el próximo año TMB terminará de implantar la nueva red ortogonal de autobuses cuya implantación se inició en el 2012. Ello supone una profunda reestructuración de los actuales servicios de transporte público superficie para adaptarlos a las nuevas necesidades del siglo XXI. Esta reformulación pretende que las líneas de autobús ganen en eficacia, eficiencia y competitividad para los usuarios. Entre sus ventajas figura una mayor legibilidad de las líneas, máxima cobertura territorial, mayor frecuencia de paso y velocidad comercial, menor tiempo de viaje, más proximidad, más capacidad, mayor conectividad y menor contaminación. Otras ventajas son la prioridad semafórica, la presencia de nuevos carril-bus, la implantación de paradas dobles y la creación de áreas de intercambio.
El proyecto inicial previó un total de 28 líneas, de las cuales 17 serían verticales (mar-montaña y distintivo numérico V+número impar), 8 horizontales (Llobregat-Besòs y distintivo numérico H+número par) y 3 diagonales (distintivo numérico D+número múltiplo de 10). Esta nueva red supone la desaparición de la mayoría de líneas urbanas convencionales hasta ahora existentes, mientras que otras recortarán su recorrido o lo modificarán. Solo los servicios de proximidad o “Bus del Barri” quedarían inalterados. Sin embargo, durante las sucesivas fases anuales de implantación de la nueva red se fueron realizando pequeñas modificaciones en algunas líneas con respecto a la propuesta original para mejorar, corregir y compensar.
Para este próximo otoño y en el otoño del 2018 se implantarán el resto de líneas pendientes que completarán la red, que supondrán un total de 12. Se observa que en la propuesta final, además de alguna leve modificación y prolongación de recorridos y el descarte provisional (o tal vez definitivo) de la Línea D30 de la avenida Diagonal, figuran dos nuevas líneas diagonales inicialmente no previstas (la D40 Pl.Espanya-Roquetes y la D50 Pl.Catalunya-Ciutat Meridiana). Pero increíblemente y para el asombro de muchos no figura la línea diagonal D10 o D60 “Ciutat Meridiana-Pla de Palau” que debería cubrir toda la avenida Meridiana, con lo cual queda un vacío mal cubierto en esta arteria tan importante de Barcelona.
Resulta incomprensible que finalmente se haya descartado una línea tan importante que resultaría parte fundamental para terminar de completar y articular la nueva red ortogonal. Una vez más, la avenida Meridiana sale malparada en cuanto a autobuses se refiere. Tal vez la excusa sea que buena parte de esta vía queda cubierta por la L1 de metro y Rodalies-RENFE y que la línea 62 de autobús ya asume buena parte de esta función. Durante la década de los ochenta, numerosas líneas de autobús que circulaban por la avenida Meridiana se fueron suprimiendo o recortando hasta Fabra i Puig por falta de rentabilidad, quedando solo las líneas 18 (ya desaparecida) y 62. Al iniciarse las obras del anillo de la plaza de las Glòries, ambas desviaron su recorrido dejando huérfano el tramo de la avenida Meridiana entre el Clot y la citada plaza. Se trataba de un desvío provisional, pero una vez terminadas las obras inexplicablemente estas líneas de autobús no regresaron a su itinerario original a pesar de las protestas vecinales. Así, para ir hasta la plaza directamente solo había la opción de la L1 de metro.
Con la puesta en marcha de la nueva red ortogonal, al observar la propuesta original donde figuraba una línea diagonal por toda la avenida Meridiana produjo satisfacción porque el nuevo servicio venía a solventar un problema que se arrastraba desde la segunda mitad de la década de los ochenta, a la vez que al fin se creaba un servicio público de transporte que cruzara completamente la avenida Meridiana con los beneficios que ello conllevaría en términos de movilidad. Pero ahora, al observar la propuesta final, inexplicablemente esta línea ha quedado descartada, perpetuando una anomalía con la excusa de que la L1 de metro y Rodalies-RENFE resultan suficientes.
Existen numerosos motivos por los que merecería la pena implantar una nueva línea de autobús entre Ciutat Meridiana y el Pla de Palau a lo largo de toda la avenida Meridiana debido a las ventajas que ofrecería.
En primer lugar, establecería correspondencia con numerosas líneas de autobús. Se crearían diversas áreas de intercambio que permitirían fácilmente y rápidamente el cambio de una línea a otra, además de constituir un eje "bisagra" entre la zona del Besòs y Barcelonès Nord con el resto de la ciudad. Las líneas convencionales y servicios de proximidad ejercerían su función de aportación y de alimentación a la nueva línea de altas prestaciones. Además, su correspondencia con la estación de autobuses de Fabra i Puig posibilitaría enlazar con los servicios intermunicipales e interurbanos de autobús de más largo recorrido.
En segundo lugar, establecería correspondencia con el metro y Rodalies-RENFE, de modo que asumiría la función de aportador-alimentador a este modo de transporte de alta capacidad, facilitando así la posibilidad de desplazarse más rápidamente por Barcelona y su región metropolitana. Los intercambiadores de Fabra i Puig, La Sagrera, Clot y Glòries serían los más importantes.
En tercer lugar, establecería correspondencia con el tranvía, adoptando una función homóloga con respecto al metro y a Rodalies-RENFE, la cual aumentaría su sentido en caso de que el tranvía se prolongara por toda la avenida Diagonal, repercutiendo entonces a incrementar las áreas de intercambio y, por consiguiente, las posibilidades de desplazamiento por la ciudad e incluso hacia el Barcelonès Nord y el Baix Llobregat.
En cuarto lugar, representa una alternativa de superficie con respecto a los transportes subterráneos. A pesar de que, ciertamente, un tramo importante de la avenida Meridiana queda cubierto por la L1 de metro y Rodalies-RENFE, siempre existe una demanda potencial de usuarios que optan voluntariamente por un transporte de superficie a los cuales no debe marginarse sino ofrecerles esta alternativa que también puede ser rápida y cómoda, pues al circular por Ciutat Meridiana acercaría a un notable porcentaje de población que no accede al metro todo y la presencia de la L11.
En quinto lugar, resultaría más cómoda y accesible para determinados colectivos, como son personas de la tercera edad que supone un importante porcentaje de la población barcelonesa, mujeres embarazadas o personas discapacitadas físicas o psíquicas, demás de enfermos o lesionados. Aunque la red de metro es accesible mediante ascensores hidráulicos, obviamente es más fácil el acceso directo a nivel de calle que descender para luego volver a ascender.
En sexto lugar, sería más fácil regular su oferta en función de la demanda, incorporando más o menos vehículos según el número de pasajeros. Por ello, sería un servicio rentable que ofrecería en este sentido muchas posibilidades y alternativas.
En séptimo lugar, cubriría una arteria de gran importancia social y comercial como es la avenida Meridiana donde, además de constituir un eje de gran densidad de población, contiene numerosos equipamientos educativos, sociales, culturales, sanitarios y deportivos, concentrándose una parte destacada de ellos en el área de centralidad de la plaza de las Glòries.
En octavo lugar, configuraría un nuevo eje de transporte público hasta ahora inexistente, que actualmente se halla parcialmente cubierto y mayormente atendido por el transporte subterráneo, pues la línea 62 solo cubre un tramo al quedar desviado a la altura de las calles Aragó y Consell de Cent.
En noveno lugar, cubriría tramos de la avenida Meridiana sin servicio de autobús a la vez que recuperaría el trazado hasta la plaza de las Glòries eliminado desde mediados de los años ochenta.
Y en décimo lugar, contribuiría a la movilidad sostenible reforzando la presencia dle transporte público, contribuyendo a ganar adeptos en detrimento de los automovilistas, reduciendo el tráfico de vehículos privados, reduciendo la contaminación en caso de incorporar vehículos a GNC, híbridos o eléctricos, y asumiendo un papel destacado y fundamental en la futura avenida Meridiana a la que se prevé someter a una profunda remodelación urbanística en los próximos años.
El tramo comprendido entre Fabra i Puig y el barrio de Ciutat Meridiana, de escasas paradas, asumiría la función de semilanzadera entre ambos puntos, haciéndose realidad la petición vecinal de un servicio rápido exprés entre ambos puntos. La implantación de la nueva línea permitiría la opción factible de suprimir la línea 62 de autobús, cuya oferta es deficiente e insuficiente. En ese sentido, Ciutat Meridiana dispondría de la nueva línea D50 para desplazarse hasta el centro de Barcelona, a la vez que enlazaría con otros lugares de interés como es el Hospital de Sant Pau, compensando también la supresión de la línea 51. El recorrido por la avenida Meridiana que dejaría la 62 quedaría cubierto por la línea diagonal de la avenida Meridiana, de modo que el citado barrio no perdería las conexiones en autobús que tiene hasta ahora sino que se ampliarían y mejorarían.
En cuanto al final en Pla de Palau, se podría incluso estudiar la opción de prolongar la línea hasta el monumento a Colón o bien hasta la Barceloneta, hecho que haría aumentar más aún su potencial rentabilidad. He creído oportuno aportar argumentos razonables por los cuales defiendo la implantación de esta línea que, insisto, resulta injusto e inexplicable que haya sido descartada del proyecto final de una nueva red ortogonal que no debería permitirse el lujo de dejar espacios "vacíos" únicamente cubiertos parcialmente por el metro o Rodalies-RENFE y mal servidos por una deficiente línea de autobús convencional