Ecomobisostrans wrote:mikado wrote:
Pots copiar la noticia? Es que amb l'hipervinculo aquest no es veu
Te la puc donar de La Vanguardia Digital:
http://www.lavanguardia.es/web/20060516 ... 52870.html
i per si no pots entrar-hi te la copio (és en clave d'humor, és clar el periodista estaba devant l'ordinador i, ..... )
-------------------------
Viaje a la cola de las quejas
La oficina de reclamaciones de Sants vive una intensa jornada de usuarios enfadados.
FRANCESC PEIRÓN - 16/05/2006
BARCELONA
El servicio de cercanías se convirtió ayer en lejanías, y Sants en su meca. De forma improvisada, y pese a los proyectos de tren bala, Adif y Renfe -las dos empresas ferroviarias del Ministerio de Fomento, una propietaria de las vías y la otra, la explotadora- aparcaron por unas horas su apuesta de modernidad para contribuir al elogio de la lentitud que propugna el escritor Carl Honoré y que es todo un desafío al culto de la velocidad.
Una iniciativa que, sin embargo, resultó fallida y mal comprendida, sobre todo por su sorprendente aplicación, a bote pronto, entre los usuarios. Que se lo pregunten a Josep Lluís y a su esposa, que estuvieron más de cuatro horas para hacer el trayecto de Tortosa a Barcelona, cuando lo habitual es la mitad. Perdieron el avión a Roma, donde iban a disfrutar una semana de vacaciones. Oa la señora Isabel a la que, por obra y gracia de Renfe -lo del Adif le sonaba a marciano-, le cambiaron las ideas. "Pensaba que en Buenos Aires era donde funcionaban peor los trenes, pero veo que no". Salió de Girona a las nueve y debía estar en Barcelona a las diez y cinco.
Sin embargo, a las 12,30 partió el tren a Salamanca sin que ella y su hermana estuvieran entre el pasaje. Se quedaron con el billete en la mano, a la espera de una solución.
La oficina de atención al cliente de la estación de Sants registró largas colas hasta entrada la tarde. La avería de la catenaria entre El Prat de Llobregat y Castelldefels sembró el caos ferroviario, de norte a sur de Catalunya. A esta circunstancia se le sumó -porque por mal que estén las cosas, siempre son susceptibles de empeorar-, un accidente de tráfico, en el tramo Garraf-Sitges, que dejó un camión colgado y en posición amenazante de caer sobre las vías de la misma línea que funcionaba renqueante. Siempre habrá quien argumente que, en este supuesto, el principio de Peter no se ha cumplido del todo, ya que, una vez rescatado sano el camionero, el vehículo no se precipitó sobre los raíles y provocó destrozos mayores. Menos mal, porque sin tanta fabulación, trayectos de media hora se convirtieron en viajes de largo recorrido. Ese flujo continuo de ciudadanos ante la ventanilla de reclamaciones contrastaba con el poco ambiente que se registraba en el chiringuito que el Adif ha montado en medio del vestíbulo para dar información sobre la esperada llegada del AVE a Barcelona.
"Dígalo claro. Queremos el Estatut, pero también nos gustaría que nuestros políticos se preocupasen de los problema de a a pie, que son mucho más importantes". Josep Lluís era uno de los integrantes de la fila de damnificados por la catenaria. "¿Cómo iremos a Roma?, ¿qué pasará con la reserva del hotel?", se preguntaba. Su esposa lamentaba que no habían podido salir del vagón. Si apretaban el botón, la puerta no se abría. Ni les dieron explicaciones. "Yo creo - ironizaba la mujer- que el revisor ha cogido miedo, se ha disfrazado con tejanos y camiseta para escaquearse". De la oficina salieron comentando que no les ofrecían nada. "Nos han indicado que vayamos a la compañía aérea y que si allí no nos dan soluciones, que volvamos".
Núria y Ana estaban tanto o más enfadadas por perder su conexión con el Altaria a Madrid, un trayecto para él que ayer no tenía ningún hueco en otras composiciones rumbo a la capital. Les respondieron con el clásico "pruebe usted mañana". Habían iniciado el viaje en Llinars del Vallès. En Mollet, visto lo mal que funcionaba el servicio, se bajaron del tren y cogieron un taxi. Pagaron 30 euros por un viaje a la cola de Sants. En la oficina de reclamaciones les informaron que les devolvían el importe del billete a Madrid, aunque para cobrar debían acudir a otro mostrador. En cuanto a la factura del taxi, pues que hicieran una reclamación. "Nos aseguran que Renfe y cercanías no es lo mismo".
Elena llegó tarde, mejor dicho, no llegó a la exposición oral que tenía que hacer en la escuela de magisterio. El viaje desde Reus, de una hora y 20 se alargó más de tres horas. "Hemos dado muchas vueltas", sostuvo mientras esperaba que le dieran "un justificante para que me crea la profesora". Oriol tuvo que aplazar una importante entrevista de trabajo en Zaragoza. A la bonaerense Isabel y a su hermana, a las que les obligaron a bajar del tren en Mollet y subirse a otro, que luego se paró en dos ocasiones, las enviaron a las taquillas, no fuera que aún quedaran tickets para otro convoy a Salamanca. Así que, como exclamarían los hermanos Marx, "más madera".
http://www.lavanguardia.es/web/20060516 ... 52870.html