A la web Tranvia Portal he escrit això, si vaig fer bé o malament no ho sé, jo penso que vaig actuar correctament:
"Voy a comentar lo sucedido el viernes pasado, por la mañana. Volvía yo de trabajar, sobre las 12h. del mediodía. Nuevo "control aleatorio" de interventores, nuevamente entre las estaciones de Cerdanyola del Vallés y Sabadell-Sud (zona tarifaria 2). Ya he comentado que soy contrario a este tipo de controles aleatorios, y que me decanto más por otras medidas a mi juicio mucho más efectivas, como cerrar todas las estaciones de Cercanías con tornos de acceso y salida, y validar el billete a la salida, siendo ahí donde colocar los interventores y los vigilantes.
Alguien sin billete válido puede burlar estos controles. Ejemplo: subir en Cerdanyola con billete de sólo una zona, teniendo por destino Manresa (cinco zonas, desde Cerdanyola). Los interventores pasaron entre Cerdanyola y Sabadell-Sud (dos zonas, desde Barcelona; una zona, desde Cerdanyola). Lo cual quiere decir que alguien sin billete válido puede burlar el control fácilmente según el ejemplo anterior. No les queda otra que preguntar, porque el billete pone en dónde se sube, pero no dónde presuntamente se tiene la intención de bajar. Si alguien sube en Cerdanyola con billete de una zona, tiene por destino Manresa (cinco zonas), pasan los interventores entre Cerdanyola y Sabadell-Sud (una zona), preguntan y se les contesta que sólo se va a Sabadell, cuando en realidad se va hasta Manresa, se pasa el control con éxito, porque los interventores se bajan en Sabadell. De estos caraduras sin billete válido he sido testigo yo en varias veces, y además pasan los controles sin problemas. De ahí lo ineficaz de estos controles y por eso estoy en contra.
A lo que voy. En Cerdanyola, subieron a la unidad de cola, de una doble composición, cinco interventores, y tres corpulentos vigilantes con dos perros. Se pusieron a pedir los billetes. Se lo mostré. No dieron las gracias después de mostrarlo, ni tan siquiera los buenos días antes de pedirlo. Allá ellos con la educación que tengan, o con su manual corporativo de cómo tratar al cliente, si lo hay. Yo trabajo en una compañía de transporte de viajeros, y desde luego que sí tenemos un manual de conducta hacia el cliente.
Una chica estaba durmiendo. Para nada tenía mal aspecto. Como los cinco interventores ya habían revisado todo el coche, fueron a por ella. Que esa es otra, terminaron rápido por la poca cantidad de viajeros, vamos a ver si tienen las narices de pasar a revisar en hora punta. Después de despertar a la chica a base de empujones, le pidieron el billete. Ya tenía ocho personajes delante suyo: los cinco interventores, y los tres de seguridad. La chica manifestó que se había quedado dormida, y que sólo iba a Montcada Reixac-Santa Maria (zona 1), y resulta que ahora mismo estábamos por Barberá del Vallés (zona 2). Por supuesto no se lo creyeron, y se lo tomaron como vulgar excusa. La chica estaba asustada, y se veía que era una estudiante, porque llevaba la carpeta de la Universidad de Barcelona. Decía que había madrugado mucho y que volvía cansada de clase hacia su casa, y que por eso se había quedado dormida. Yo sí me lo creí, de hecho no es la primera vez que la veía. Me consta que esta chica subió en Barcelona-Arc de Triomf, como yo, y que su destino efectivamente era Montcada Reixac-Santa Maria, pues la había visto en varias ocasiones, como para no fijarse Así pues yo sí me la creí. Es habitual que la gente que venimos de trabajar, o los estudiantes, coincidamos en horarios, y es habitual que casi siempre coincidamos varias personas por compartir horarios, que sin conocernos de nada, pues somos habituales a la misma hora.
El trato de estas ocho personas hacia esta chica era ya de chulería intolerable. No pude más. No me gustan los líos, ni los busco. Me levanté de mi asiento, y fuí a donde estaban. Les dije algo así como que hiciesen el favor de tratar a la gente con el debido respeto, que yo había visto a esta chica en alguna ocasión, y que sí era verdad que la había visto durmiendo durante el viaje y que era verdad que se tenía que haber bajado mucho antes. Lo único que se les ocurrió decir fue preguntar si íbamos juntos y que si yo era su cómplice; y que si no era así, pues que me sentase y no me metiese donde no me llamasen. Les dije que una cosa era lo del billete, y otra muy distinta el trato poco respetuoso que la estaban dando, a base de empujones.
La chica llorando, les mostró el DNI y consiguieron ponerle la multa. Le aconsejé a ella que pusiese una reclamación. Se bajó en Sabadell-Sud y le expliqué cómo hacer para ir de nuevo hacia atrás hacia su estación, y además la vi subir al tren efectivamente. Cuando ya se hubieron bajado estos ocho personajes, se me acerca una anciana y me dice: "joven, ha hecho usted muy bien, pero en estas cosas es mejor no meterse, fíjese lo que le pasó al profesor Neira". Pues sí señora, así nos va, permitamos este tipo de abusos y miremos hacia otro lado. País.
Naturalmente yo también he puesto una reclamación."
Salut.