votar enviar imprimir 5/5/2008 NUEVA ERA FERROVIARIA|LA COMPETENCIA
Lleida ya nota el trasvase de pasajeros del autobús al tren
• El autocar, 3 euros más barato pero más lento, empieza a perder usuarios
• LaempresaAlsina Graells esperará tres meses para decidir si modifica su oferta
Dos usuarias esperan a que arranque el autobús que une Lleida con Barcelona por la AP-2, el miércoles pasado. Foto: RAMON GABRIEL MÁS INFORMACIÓN
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MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
LLEIDA
Catorce pasajeros, aún somnolientos, ocupan sus asientos. El autocar se ve casi vacío. Son las seis de la mañana y el vehículo, con capacidad para 54 plazas, está a punto de salir de la estación de autobuses de Lleida hacia Barcelona. Tardará, como mínimo, dos horas y cuarto en hacer el trayecto por la AP-2. Hasta esta semana, este servicio de la compañía Alsina Graells era el único medio de transporte colectivo que permitía, a un precio razonable, llegar a Barcelona desde Lleida a primera hora de la mañana. La puesta en marcha de los nuevos trenes Avant de Renfe amenaza con poner fin a su hegemonía.
"Lo estamos empezando a notar", confesaba, dos días después del estreno ferroviario, un trabajador de Alsina Graells. Por casi el mismo precio --el billete cuesta 20,40 euros en tren frente a los 17,50 del autocar--, los leridanos pueden plantarse ahora en Barcelona en apenas una hora y 12 minutos.
Por el momento, la compañía no tiene previsto modificar ni horarios ni precios. "Es pronto para valorar el impacto de los nuevos trenes. Vamos a esperar al menos tres meses para ver cuál ha sido el efecto real sobre la demanda", relatan fuentes de la empresa. "Entre otras cosas --explica un portavoz--, porque al principio los usuarios tienden a sentirse atraídos por la novedad, pero pasado un tiempo, algunos suelen volver a sus antiguos hábitos".
PARA MADRUGADORES
Quienes más provecho sacarán del nuevo servicio ferroviario son los madrugadores. El primer Avant del día sale de la capital del Segrià a las 7.05 horas y, si se cumplen los horarios previstos, llega a su destino a las 8.17 horas, apenas dos minutos después del autobús que ha salido a las seis de mañana.
"Yo soy una de las que se van a cambiar, voy a dejar la Alsina para pasarme al tren", asegura Conchita, que viaja a diario entre Lleida y Barcelona, normalmente con el coche de las seis de la mañana. "Ya iba siendo hora de que alguien le hiciera la competencia al autocar. A ver si así flexibiliza un poco los horarios y abarata los precios", agrega.
Marta Alòs, diputada de CiU en el Parlament, se mantiene fiel al autocar, aunque no descarta "probar alguna vez los nuevos trenes". La exconcejala leridana ha optado por la Alsina, "en parte, como protesta por los precios abusivos que cobraba el AVE. No era, en absoluto, un servicio pensado para los trabajadores". En su mismo vehículo viaja Josep, que ha preferido el bus porque la parada en la que se apea en Barcelona está muy cerca del lugar al que va.
CONEXIONES
"La ventaja que tiene el autobús sobre el tren es su capacidad de llegar al último rincón", argumenta el portavoz de Alsina Graells. La competencia del tren quizá cause un trasvase de pasajeros de la línea de bus por autopista a favor del Avant, pero obligará a reforzar las conexiones desde las poblaciones cercanas a Lleida y las del Pirineo con la estación de ferrocarril.
"Lo que pasa es que, si nos quedamos solo con las líneas de los pueblos, donde el billete cuesta apenas un euro, el negocio será ruinoso", se lamenta un conductor. Opina que la oferta de Renfe "es una competencia desleal". "Como servicio público que es, lo pagamos todos", afirma, y teme que, si las cosas siguen así, "la Generalitat tendrá que subvencionar el transporte por carretera".
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