Línia fèrria Torí-Lió
Posted: Saturday 03/03/2012 11:10
http://www.lavanguardia.com/internacion ... talia.html
Crece la protesta contra el TGV Turín-Lyon en Italia
Quienes se oponen a la línea férrea dicen que es un gasto inútil y alertan de graves riesgos ecológicos | En el movimiento 'no al tren de alta velocidad' se han infiltrado grupos extremistas ávidos de violencia
Internacional | 03/03/2012 - 01:59h
Eusebio Val | Roma
Corresponsal
Una guerrilla en los Alpes. La imágenes que periódicamente llegan del bucólico valle de Susa, en el Piamonte, son de auténtica insurrección popular, un peligroso cóctel de ciudadanía indignada, ecologistas sinceros y grupos extremistas ávidos de violencia. La oposición a la línea férrea de alta velocidad Turín-Lyon se extiende por Italia y se convierte en catalizador del malestar general, del divorcio entre el sentir de la calle y los diseños de las superestructuras políticas.
El Gobierno de Mario Monti hubo de celebrar ayer una reunión especial de los ministerios competentes para abordar el problema de la protesta, conocida como No TAV (no al tren de alta velocidad), que amenaza el orden público más allá de la región directamente afectada.
El Ejecutivo está dispuesto a seguir adelante con el proyecto, que arrancó en 1991 y no se concluirá hasta al menos el 2023. Aunque ofrece dialogar con la población contraria a la iniciativa, reitera el interés económico a largo plazo y los compromisos suscritos con Francia y a nivel de la Unión Europea, que financia una parte sustancial del presupuesto.
Los líderes del movimiento No TAV han decidido descentralizar las movilizaciones, para evitar así el riesgo de canalizarlas hacia enfrentamientos inevitables con la policía. Durante los últimos días ha habido manifestaciones en diversas ciudades, de Milán hasta Palermo.
El valle de Susa, conocido por sus magníficas estaciones de esquí (allí se celebraron los Juegos de invierno del 2006), ha devenido una meca de anarquistas y grupos radicales antisistema. Para ellos, la línea férrea es una mera excusa para enfrentarse a la autoridad y provocar disturbios.
El pasado lunes, un incidente pudo desbordar las cosas. Luca Abbà, veterano militante del No TAV, se encaramó a un poste de alta tensión para narrar en directo, para una radio, una de las protestas. Abbà tocó por error uno de los cables, sufrió una potente descarga y se precipitó desde una altura de 10 metros. Al principio se temió por su vida pero ayer los médicos del hospital donde está ingresado dijeron que ya no corre peligro. Un mártir del movimiento No TAV hubiera tenido consecuencias imprevisibles.
Quienes se oponen a la línea de alta velocidad Turín-Lyon, de 270 kilómetros, dan una larga serie de argumentos. Sostienen que la línea ya existente, que transcurre por un túnel mucho más corto (de 14 kilómetros en lugar de 57), es infrautilizada y, por tanto, no habrá demanda suficiente ni rentable para la línea veloz. Los militantes del No TAV creen que la nueva obra es un despilfarro inútil, con un costo que puede llegar a 23.000 millones de euros.
Los ecologistas alertan de los numerosos riesgos que comporta la gigantesca perforación del túnel principal y de otro de servicio, de 7,4 kilómetros, que debe realizarse antes. Ya no es sólo la contaminación acústica por los miles de camiones que deben llevarse material, sino el polvo, potencialmente muy peligroso. Recuerdan que la zona es rica en mineralización radiactiva, en uranio y también en amianto, sustancias que inevitablemente contaminarían todo el valle e incluso llegarían a la ciudad de Turín. Se mencionan asimismo riesgos de carácter hidrológico.
Una obra faraónica de estas características siempre levanta sospechas en Italia. Se sabe por experiencia que estos proyectos son susceptibles de exagerado sobrecoste, debido a la corrupción política y a la infiltración de las mafias, muy atraídas por negocios en los que pueden obtener pingües beneficios.
Crece la protesta contra el TGV Turín-Lyon en Italia
Quienes se oponen a la línea férrea dicen que es un gasto inútil y alertan de graves riesgos ecológicos | En el movimiento 'no al tren de alta velocidad' se han infiltrado grupos extremistas ávidos de violencia
Internacional | 03/03/2012 - 01:59h
Eusebio Val | Roma
Corresponsal
Una guerrilla en los Alpes. La imágenes que periódicamente llegan del bucólico valle de Susa, en el Piamonte, son de auténtica insurrección popular, un peligroso cóctel de ciudadanía indignada, ecologistas sinceros y grupos extremistas ávidos de violencia. La oposición a la línea férrea de alta velocidad Turín-Lyon se extiende por Italia y se convierte en catalizador del malestar general, del divorcio entre el sentir de la calle y los diseños de las superestructuras políticas.
El Gobierno de Mario Monti hubo de celebrar ayer una reunión especial de los ministerios competentes para abordar el problema de la protesta, conocida como No TAV (no al tren de alta velocidad), que amenaza el orden público más allá de la región directamente afectada.
El Ejecutivo está dispuesto a seguir adelante con el proyecto, que arrancó en 1991 y no se concluirá hasta al menos el 2023. Aunque ofrece dialogar con la población contraria a la iniciativa, reitera el interés económico a largo plazo y los compromisos suscritos con Francia y a nivel de la Unión Europea, que financia una parte sustancial del presupuesto.
Los líderes del movimiento No TAV han decidido descentralizar las movilizaciones, para evitar así el riesgo de canalizarlas hacia enfrentamientos inevitables con la policía. Durante los últimos días ha habido manifestaciones en diversas ciudades, de Milán hasta Palermo.
El valle de Susa, conocido por sus magníficas estaciones de esquí (allí se celebraron los Juegos de invierno del 2006), ha devenido una meca de anarquistas y grupos radicales antisistema. Para ellos, la línea férrea es una mera excusa para enfrentarse a la autoridad y provocar disturbios.
El pasado lunes, un incidente pudo desbordar las cosas. Luca Abbà, veterano militante del No TAV, se encaramó a un poste de alta tensión para narrar en directo, para una radio, una de las protestas. Abbà tocó por error uno de los cables, sufrió una potente descarga y se precipitó desde una altura de 10 metros. Al principio se temió por su vida pero ayer los médicos del hospital donde está ingresado dijeron que ya no corre peligro. Un mártir del movimiento No TAV hubiera tenido consecuencias imprevisibles.
Quienes se oponen a la línea de alta velocidad Turín-Lyon, de 270 kilómetros, dan una larga serie de argumentos. Sostienen que la línea ya existente, que transcurre por un túnel mucho más corto (de 14 kilómetros en lugar de 57), es infrautilizada y, por tanto, no habrá demanda suficiente ni rentable para la línea veloz. Los militantes del No TAV creen que la nueva obra es un despilfarro inútil, con un costo que puede llegar a 23.000 millones de euros.
Los ecologistas alertan de los numerosos riesgos que comporta la gigantesca perforación del túnel principal y de otro de servicio, de 7,4 kilómetros, que debe realizarse antes. Ya no es sólo la contaminación acústica por los miles de camiones que deben llevarse material, sino el polvo, potencialmente muy peligroso. Recuerdan que la zona es rica en mineralización radiactiva, en uranio y también en amianto, sustancias que inevitablemente contaminarían todo el valle e incluso llegarían a la ciudad de Turín. Se mencionan asimismo riesgos de carácter hidrológico.
Una obra faraónica de estas características siempre levanta sospechas en Italia. Se sabe por experiencia que estos proyectos son susceptibles de exagerado sobrecoste, debido a la corrupción política y a la infiltración de las mafias, muy atraídas por negocios en los que pueden obtener pingües beneficios.