http://www.lavanguardia.com/vida/201212 ... tuito.html
El Reino Unido debate sobre un transporte público gratuito
Demasiada población para la gratuidad: Londres aboga por buscar financiación | En Tallin no se pagará en bus ni trolebús, lo que activa el debate en toda Europa
Vida | 28/12/2012 - 00:00h
Rafael Ramos | Londres
Corresponsal
Las primeras horas del próximo año -desde la medianoche del 31 de diciembre hasta las 5 de la madrugada del 1 de enero van a ser las únicas con transporte público gratuito en Londres. En las 8.755 restantes costará un ojo de la cara y medio del otro, una desgracia a la que ya están habituados los habitantes de la gran metrópolis inglesa, que pagan con resignación más de ocho euros por un billete de metro de ida y vuelta.
Es por eso que los londinenses miran con pasmo y envidia el experimento de Tallin, la capital de Estonia, donde con la llegada del 2013 los residentes no van a tener que abonar ni un centavo por usar la red de transporte, y sólo los turistas deberán sacar del bolsillo 1,60 euros por viaje para subirse a los autobuses, trolebuses y tranvías. Y ello no sólo una vez al año para prevenir el uso del coche tras las borracheras de la noche de San Silvestre -como es el caso de la capital inglesa, gracias a una subvención de la multinacional de bebidas Diageo-, sino todos y cada uno de los 365 días del año.
Un transporte público gratuito es el regalo que muchos habitantes de Londres pidieron a Santa Claus, pero ninguno lo encontró el día 25 por la mañana en su árbol de Navidad. Y, en tiempos de perversa austeridad y con recortes de gasto público a diestro y siniestro, tampoco es algo que esté al alcance de Papá Noel o de los Reyes Magos de Oriente. Bien al contrario, las tarifas de metro y autobús subirán como siempre en enero, muy por encima del nivel de la inflación, para hacer la vida en Londres más prohibitiva todavía.
¿Tiene sentido un transporte gratuito? ¿Es viable? El caso de Tallin ha abierto en cualquier caso un interesante debate en el Reino Unido, y en particular en Londres, por estar situado en las antípodas de la capital estonia en lo que se refiere al coste de desplazarse de un punto a otro de la ciudad. Utilizar el coche es todavía más costoso porque hay que pagar un peaje de diez libras (casi 14 euros) por entrar en una amplia zona del centro, más el aparcamiento. Y no digamos recurrir al taxi...
"La congestion charge (así se llama ese peaje) ha contribuido sin duda a disminuir el número de vehículos que circulan por la ciudad, los atascos y la contaminación -señala el experto en asuntos medioambientales Trevor McIver-. Y si el transporte público fuera gratuito o estuviera fuertemente subvencionado, el impacto sería aún mayor, aunque con la contrapartida de que los vagones de metro y los autobuses irían de bote en bote, y muy probablemente habría que intensificar su frecuencia".
La opinión mayoritaria de políticos y analistas es que la gratuidad del transporte en una ciudad como Londres (o Nueva York, o Tokio) es una quimera. Por término medio cuatro millones de personas utilizan al día el mítico tube, que tiene once líneas y 270 estaciones, las más alejadas de las cuales se encuentran a casi cincuenta kilómetros de distancia. Se calcula que al cabo de un año se realizan mil millones de viajes en metro, y dos mil millones de viajes en autobús. Financiar todo eso constituiría la ruina del ayuntamiento, o de quien corriese con la factura.
A pesar de su elevadísimo coste para el usuario, el transporte público de Londres está fuertemente subvencionado por el gobierno (del orden de unos 2.500 millones de euros, sin contar las inversiones de obras de mejora, reparaciones y nuevas infraestructuras), y aún así es deficitario. El coste operativo anual de la red de metro y autobuses de la capital previsto para este año es de casi 7.000 millones de euros, de los cuales tan sólo se van a recuperar en el cobro de billetes 4.400 millones. El resto lo pondrá el gobierno central, y aún así habrá un saldo de 250 millones en números rojos.
Incluso en una urbe mucho más pequeña y manejable como Tallin, el alcalde y autor de la idea, Edgar Savisaar, ha sido criticado por algunos por populista, aunque un 75% de los habitantes de la capital báltica se pronunciaron a favor de que el transporte sea gratis en un referéndum (en el que, todo sea dicho, tan sólo votó uno de cada cinco ciudadanos con derecho a hacerlo). La predicción, en cualquier caso, es que un 15% de la población dejará el coche en casa a partir del 1 de enero, aprovechando que trolebuses y tranvías serán gratis.
"Queremos convertirnos en la ciudad más verde y menos contaminada de toda Europa", afirma el alcalde Savisaar, convencido de que el trasporte público gratuito es el futuro. No es el único que piensa así. Las autoridades municipales de Riga y Vilnius, en las vecinas Letonia y Lituania, esperan a ver los resultados del experimento para adoptar planes similares, igual que la capital finlandesa Helsinki. En la ciudad flamenca Hasselt no hay que pagar nada por utilizar la red de autobuses, lo mismo que en la francesa Châteauroux, cerca de Orleáns, en Colomiers (un suburbio de Toulouse), o en la localidad provenzal de Aubagne, cuyo lema es liberté, egalité, gratuité.
En Suecia, los activistas del grupo Planka hacen un bote para el pago de las multas cuando sus integrantes son "cazados" en el metro de Estocolmo o en los trenes de cercanías de Goteborg sin billete. El debate ha llegado también a los Estados Unidos, como demuestra que Chapel Hill (ciudad universitaria de Carolina del Norte) ofrezca treinta y una líneas gratuitas de autobuses, y que en Vero Beach (paraíso de jubilados en el estado sureño de Florida) tampoco haya que pagar un centavo por el transporte público.
"Todo eso está muy bien -responde un portavoz de Transport for London (TfL), la compañía que gestiona el metro de Londres-, pero el problema es que la línea Victoria desplaza más personas al día que toda la población (416.000 habitantes) de Tallin. Es una cuestión de números. Nuestro reto es ampliar y modernizar la red de transporte público, y encontrar la financiación necesaria para que sea posible sin aumentar desproporcionadamente unos costes que ya son muy elevados para los usuarios. Un sistema gratuito lo haría imposible".
Leer más:
http://www.lavanguardia.com/vida/201212 ... z2GL3ypzzD
Síguenos en:
https://twitter.com/@LaVanguardia |
http://facebook.com/LaVanguardia