De EPC:
Es común que en esta zona del "cuerno de África" haya este tipo de ataques, pero los piratas no solamente van a por cruceros de esta índole sino que cualquier cosa que flote y que se aproxime lo suficiente a Somalia está expuesta a ser atacada y sus tripulantes asesinados en esta zona del globo. Otra zona peligrosa es la de Singapur y el estrecho de Malacca.Ataque pirata en alta mar
• Inglaterra condecora a los jefes de seguridad de un crucero que repelieron un asalto en el Índico
BEGOÑA ARCE
LONDRES
Como responsables de la seguridad a bordo de un crucero de lujo, el inglés Michael Groves y el nepalí Som Bahadur esperaban viajar a algunos de los lugares más exóticos y apacibles del mundo. En cambio, se vieron envueltos en un ataque pirata que a punto estuvo de costarles la vida. Por su arrojo y profesionalidad, la reina de Inglaterra los condecoró la pasada semana.
La mezcla de placer y trabajo les parecía perfecta. Al fin y al cabo, los riesgos en un paraíso flotante, donde pasar la noche cuesta 730 euros, suelen ser limitados. Michael, un sargento de la policía de 41 años, con experiencia previa en la Marina, había pedido un año sabático después de su separación matrimonial. Necesitaba aire fresco, nuevos horizontes y un contrato con la compañía de cruceros Carnival le pareció perfecto.
Al igual que Som, un antiguo gurka del Ejército británico de 46 años, jamás pensó cuando se enroló en el crucero Seabour Spirit, que tendría que defender al pasaje y la tripulación del feroz ataque de una banda de piratas. La pasada semana, después de ser condecorados por la reina Isabel II en el palacio de Buckingham, los dos hombres relataron los detalles de una aventura que parecía el guión de una película de Hollywood.
La acción comenzó al amanecer del 5 de noviembre del año 2005, cuando un par de barquitos de pesca se aproximaron al crucero, que se hallaba navegando por el Índico, a 160 kilómetros de las costas de Somalia. "Vi un bote con seis hombres dentro, a pocos metros del barco, y el corazón me dio un vuelco", afirma Groves. "Inmediatamente sacaron unos rifles automáticos AK47s y comenzaron a dispararme. Estaba muy claro que querían matarme y me tiré al suelo, mientras las balas a mi alrededor se incrustaban en la cubierta".
Los disparos y las sirenas de alarma despertaron a los 200 pasajeros que dormían a esa hora en sus camarotes. "Permanezcan dentro del barco. Nos están atacando", fue la consigna que recibieron del capitán, el noruego Sven Eric Pederson, por los altavoces de la nave, mientras Groves trataba de repeler el abordaje de los corsarios utilizando una potente manguera de agua a presión.
Marinero herido
Cuando apenas podía contener al enemigo, llegó de pronto otro bote. "Uno de los piratas nos apuntó con un lanzagranadas y disparó. Corrí tan rápido como pude y me tiré al suelo, mientras se producía una gran explosión por encima de mi cabeza", recuerda el policía.
La detonación le destrozó el tímpano izquierdo y el tiroteo pudo costarle la vida, de no haber sido rescatado por su colega Som, que le arrastró fuera del alcance de los disparos. Poco después, una de las balas alcanzó al gurka, que cayó inconsciente.
Impotente y aterrada, una parte del pasaje se había atrincherado entretanto en el comedor temiendo lo peor, ante el giro inesperado que habían tomado sus idílicas vacaciones. "Teníamos todos un miedo terrible. En el restaurante no había ninguna salida para escapar, solo la puerta de entrada, y no sabíamos si los piratas iban a entrar o no por esa puerta", ha señalado Jim Carter, un inglés ya maduro, que viajaba con su esposa Margaret y recuerda "a la gente gimiendo y sollozando".
Norman Fisher, de 57 años, un abogado londinense también presente, tuvo sin embargo el pulso lo suficientemente firme, como para tomar algunas fotos espectaculares de los bucaneros.
Sistema militar
Finalmente Groves, mientras el capitán ponía rumbo a toda máquina hacia mar abierto, logró conectar un potente sistema de ultrasonido a larga distancia, utilizado habitualmente por la defensa militar y conocido técnicamente como long range acoustic device.
El aparato provoca un dolor y desorientación insoportables. "Puse el volumen al máximo y vi en los rostros de los piratas el dolor que estaban sintiendo. En 30 minutos desistieron y se marcharon", comenta el policía, ahora condecorado por su valor.
El ataque a un crucero de lujo de las dimensiones del Seabourn Spirit fue una inquietante novedad en unas aguas donde nadie está salvo. La pasada semana las Naciones Unidas hicieron un llamamiento internacional contra los piratas somalís, que amenazan a la distribución del Programa Mundial de Alimentos (PMA), del que depende la vida de un millón de personas. El último asalto a un barco de la ONU tuvo lugar el sábado. Los piratas mataron a uno de los vigilantes, pero no lograron hacerse con el botín.
Saludos,
Sergio