La CAM estudia dues línies de Maglev per a Madrid
Posted: Monday 04/06/2007 20:02
Si creieu q amb els polítics d'aquí ja ho havíeu vist tot en propostes absurdes... doncs la Espe va estar a Shanghai i li va encantar tant el Maglev q hi ha fins al seu aeroport q ara vol fer dues línies a Madrid: Operación Campamento-Aeropuerto i Alcalá de Henares-Chamartín, a 500 km/h i per creuar Madrid de punta a punta en 10 minuts.
Un «tren-bala» cruzará Madrid en diez minutos a 500 kilómetros por hora
La Comunidad estudia unir Campamento con el aeropuerto y Alcalá de Henares con Chamartín en un tiempo récord
Pilar Gómez
Madrid- Un tren que «vuele». Este es el sueño de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, que, después de haber colocado al metro madrileño entre los tres mejores del mundo con 137 estaciones, ahora proyecta traer a Madrid el ferrocarril más rápido de la historia, el «tren- bala».
El proyecto, que aún se encuentra en fase de estudio y pendiente de los informes técnicos, lleva varios años rondando en la cabeza de la presidenta. Concretamente, desde que Aguirre viajó a la ciudad china de Shangai, donde se encuentra el único «tren-bala» que actualmente está funcionando y que es capaz de recorrer los 30 kilómetros que separan el centro financiero de la ciudad del aeropuerto, en poco más de siete minutos a una velocidad cercana a los 500 kilómetros por hora.
En el caso de Madrid el objetivo es el mismo. Los estudios que se están realizando desde el Gobierno regional van encaminados a establecer unas líneas de alta velocidad que crucen en diagonal el mapa de la Comunidad.
Trazados
En estos momentos se están llevando a cabo estudios geográficos y técnicos para valorar la posibilidad de que un «tren-bala» pudiese llegar a unir la zona de Campamento con el aeropuerto de Barajas en un tiempo que no supere los diez minutos.
Más ambicioso aún es el plan regional para hacer una gran línea de «tren-bala» que podría discurrir paralelo a la carretera A-2 y que uniría Alcalá de Henares y Torrejón con la estación de Chamartín en menos de cinco minutos. Esto supondría una auténtica revolución en el transporte y la movilidad de la Comunidad y en el caso del Corredor del Henares eliminaría uno de los principales puntos de conflicto del tráfico de entrada a la capital.
Además de estos posibles recorridos también se están barajando otras opciones encaminadas a unir los grandes núcleos de población de la periferia con el centro de la capital de una manera más rápida de la que ofrece el metro.
La ampliación de la red metropolitana ya ha reducido de forma sustancial las distancias, si bien, a medida que se amplía, el metro se está ralentizando y es por ello necesario, según plantea la Comunidad, que se complemente con un transporte público ultrarápido de última tecnología como el «tren-bala».
Este tipo de ferrocarril es el más moderno del mundo y puede alcanzar velocidades superiores a los 650 kilómetros por hora en pruebas realizadas con prototipos. En la práctica el «tren-bala» de Shangai ha establecido su récord en más de 500 kilómetros a la hora, si bien suele circular a una velocidad media cercana a los 300 km por hora.
El secreto para que este ferrocarril «vuele» es que no circula por los raíles sino que levita sobre ellos. Este sistema de levitación magnética conocido como «Maglev», comienza su desarrollo en los años 50 en Alemania y utiliza campos magnéticos generados por electricidad.
El convoy va suspendido en el aire, unos diez centímetros por encima de la vía, gracias a una combinación de atracción y repulsión magnética creada por los poderosos imanes colocados en las vías y en la parte inferior del tren.
La ausencia de contacto físico entre el carril y el tren tiene como consecuencia que la única fricción sea la del aire, lo que explica que los «trenes-bala» puedan viajar a altas velocidades, lo que convierte a los Maglev en competidores directos del transporte aéreo.
Además de la alta velocidad, que coloca al «tren-bala» muy por encima de los trenes de alta velocidad actuales como el ICE alemán, el TGV francés y el Shinkansensen o «tren-bala» de los japoneses. Otra de las ventajas es su consumo de energía que es razonable bajo, comparado con otros ferrocarriles de menores prestaciones.
Silencioso
El bajo nivel de ruido también juega a favor de los Maglev. A los 30 segundos de arrancar, la locomotora alcanza una velocidad de alrededor de 130 kilómetros por hora y las ruedas, del mismo modo que ocurre en los aviones con el tren de aterrizaje, desaparecen. Cuando la velocidad llega a 160 kilómetros, el sonido de la fricción del Maglev con la vía desaparece y en ese momento ya no se sienten vibraciones. La velocidad continúa avanzando rápidamente y pronto supera los más de 350 kilómetros a la hora.
A pesar de estas velocidades de vértigo, los pasajeros pueden pasear tranquilamente por los pasillos del tren sin percibir ningún vaivén y es que el «tren-bala» es aerodinámico como una flecha.
El ultramoderno sistema de transporte es un auténtico lujo, si se considera exclusivamente el coste inicial de la obra. Al tratarse de un proyecto aún sin definir, no existe estimación alguna de un precio más o menos ajustado, pero es sí posible conocer cifras aproximadas.
Basta con acudir al único proyecto europeo en marcha, previsto para unir los más de 30 kilómetros que existen entre Munich y su aeropuerto, que puede costar en torno a los 1.850 millones de euros de acuerdo con cifras recogidas desde Alemania por la agencia Ep. No obstante, la factura varía mucho en función del tipo de suelo que se debe atravesar y la facilidad o dificultad con que se puede expropiar el terreno.
Un trazado con pocas curvas
Fuentes de la firma que los fabrica, la compañía alemana Transrapid Internacional, manifestaron en su día que el precio final era similar al de un tren convencional de alta velocidad, pero que se producían rebajas sustanciales gracias a la facilidad con que el tren magnético supera desniveles, lo que minimiza el número de túneles, como por la reducción de los radios de las curvas, que facilitan el trazado y lo hacen más «recto» y más barato.
En cuanto al coste para los usuarios, tomando como referencia el tren de Shangai, estaría alrededor de los seis euros que es lo que le cuesta a un ciudadano chino llegar al aeropuerto en siete minutos.
En materia de seguridad los cálculos también corren a favor de estos trenes. Según han manifestado los encargados de desarrollar el tren, es casi imposible que se produzca un descarrilamiento dada la estructura tanto de la vía como del convoy. Además las mismas fuentes apuntan a que la alta velocidad, lejos de ser un factor de riesgo, juega a favor de la seguridad ya que hace que el vehículo se arrope a la vía.
La culminación de este proyecto colocaría a Madrid a la cabeza de Europa en transportes, ya que sería la primera ciudad europea en disponer de un «tren-bala», si bien Alemania es uno de los países más activos en cuanto a investigación y desarrollo de esta tecnología. Además en Gran Bretaña se están planteando un gran proyecto para unir las ciudades de Londres y Glasgow, atravesando todo el país. Fuera de Europa, Japón tiene previsto tener un Maglev en 2025, tras varios intentos fallidos.
La Razón
Un «tren-bala» cruzará Madrid en diez minutos a 500 kilómetros por hora
La Comunidad estudia unir Campamento con el aeropuerto y Alcalá de Henares con Chamartín en un tiempo récord
Pilar Gómez
Madrid- Un tren que «vuele». Este es el sueño de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, que, después de haber colocado al metro madrileño entre los tres mejores del mundo con 137 estaciones, ahora proyecta traer a Madrid el ferrocarril más rápido de la historia, el «tren- bala».
El proyecto, que aún se encuentra en fase de estudio y pendiente de los informes técnicos, lleva varios años rondando en la cabeza de la presidenta. Concretamente, desde que Aguirre viajó a la ciudad china de Shangai, donde se encuentra el único «tren-bala» que actualmente está funcionando y que es capaz de recorrer los 30 kilómetros que separan el centro financiero de la ciudad del aeropuerto, en poco más de siete minutos a una velocidad cercana a los 500 kilómetros por hora.
En el caso de Madrid el objetivo es el mismo. Los estudios que se están realizando desde el Gobierno regional van encaminados a establecer unas líneas de alta velocidad que crucen en diagonal el mapa de la Comunidad.
Trazados
En estos momentos se están llevando a cabo estudios geográficos y técnicos para valorar la posibilidad de que un «tren-bala» pudiese llegar a unir la zona de Campamento con el aeropuerto de Barajas en un tiempo que no supere los diez minutos.
Más ambicioso aún es el plan regional para hacer una gran línea de «tren-bala» que podría discurrir paralelo a la carretera A-2 y que uniría Alcalá de Henares y Torrejón con la estación de Chamartín en menos de cinco minutos. Esto supondría una auténtica revolución en el transporte y la movilidad de la Comunidad y en el caso del Corredor del Henares eliminaría uno de los principales puntos de conflicto del tráfico de entrada a la capital.
Además de estos posibles recorridos también se están barajando otras opciones encaminadas a unir los grandes núcleos de población de la periferia con el centro de la capital de una manera más rápida de la que ofrece el metro.
La ampliación de la red metropolitana ya ha reducido de forma sustancial las distancias, si bien, a medida que se amplía, el metro se está ralentizando y es por ello necesario, según plantea la Comunidad, que se complemente con un transporte público ultrarápido de última tecnología como el «tren-bala».
Este tipo de ferrocarril es el más moderno del mundo y puede alcanzar velocidades superiores a los 650 kilómetros por hora en pruebas realizadas con prototipos. En la práctica el «tren-bala» de Shangai ha establecido su récord en más de 500 kilómetros a la hora, si bien suele circular a una velocidad media cercana a los 300 km por hora.
El secreto para que este ferrocarril «vuele» es que no circula por los raíles sino que levita sobre ellos. Este sistema de levitación magnética conocido como «Maglev», comienza su desarrollo en los años 50 en Alemania y utiliza campos magnéticos generados por electricidad.
El convoy va suspendido en el aire, unos diez centímetros por encima de la vía, gracias a una combinación de atracción y repulsión magnética creada por los poderosos imanes colocados en las vías y en la parte inferior del tren.
La ausencia de contacto físico entre el carril y el tren tiene como consecuencia que la única fricción sea la del aire, lo que explica que los «trenes-bala» puedan viajar a altas velocidades, lo que convierte a los Maglev en competidores directos del transporte aéreo.
Además de la alta velocidad, que coloca al «tren-bala» muy por encima de los trenes de alta velocidad actuales como el ICE alemán, el TGV francés y el Shinkansensen o «tren-bala» de los japoneses. Otra de las ventajas es su consumo de energía que es razonable bajo, comparado con otros ferrocarriles de menores prestaciones.
Silencioso
El bajo nivel de ruido también juega a favor de los Maglev. A los 30 segundos de arrancar, la locomotora alcanza una velocidad de alrededor de 130 kilómetros por hora y las ruedas, del mismo modo que ocurre en los aviones con el tren de aterrizaje, desaparecen. Cuando la velocidad llega a 160 kilómetros, el sonido de la fricción del Maglev con la vía desaparece y en ese momento ya no se sienten vibraciones. La velocidad continúa avanzando rápidamente y pronto supera los más de 350 kilómetros a la hora.
A pesar de estas velocidades de vértigo, los pasajeros pueden pasear tranquilamente por los pasillos del tren sin percibir ningún vaivén y es que el «tren-bala» es aerodinámico como una flecha.
El ultramoderno sistema de transporte es un auténtico lujo, si se considera exclusivamente el coste inicial de la obra. Al tratarse de un proyecto aún sin definir, no existe estimación alguna de un precio más o menos ajustado, pero es sí posible conocer cifras aproximadas.
Basta con acudir al único proyecto europeo en marcha, previsto para unir los más de 30 kilómetros que existen entre Munich y su aeropuerto, que puede costar en torno a los 1.850 millones de euros de acuerdo con cifras recogidas desde Alemania por la agencia Ep. No obstante, la factura varía mucho en función del tipo de suelo que se debe atravesar y la facilidad o dificultad con que se puede expropiar el terreno.
Un trazado con pocas curvas
Fuentes de la firma que los fabrica, la compañía alemana Transrapid Internacional, manifestaron en su día que el precio final era similar al de un tren convencional de alta velocidad, pero que se producían rebajas sustanciales gracias a la facilidad con que el tren magnético supera desniveles, lo que minimiza el número de túneles, como por la reducción de los radios de las curvas, que facilitan el trazado y lo hacen más «recto» y más barato.
En cuanto al coste para los usuarios, tomando como referencia el tren de Shangai, estaría alrededor de los seis euros que es lo que le cuesta a un ciudadano chino llegar al aeropuerto en siete minutos.
En materia de seguridad los cálculos también corren a favor de estos trenes. Según han manifestado los encargados de desarrollar el tren, es casi imposible que se produzca un descarrilamiento dada la estructura tanto de la vía como del convoy. Además las mismas fuentes apuntan a que la alta velocidad, lejos de ser un factor de riesgo, juega a favor de la seguridad ya que hace que el vehículo se arrope a la vía.
La culminación de este proyecto colocaría a Madrid a la cabeza de Europa en transportes, ya que sería la primera ciudad europea en disponer de un «tren-bala», si bien Alemania es uno de los países más activos en cuanto a investigación y desarrollo de esta tecnología. Además en Gran Bretaña se están planteando un gran proyecto para unir las ciudades de Londres y Glasgow, atravesando todo el país. Fuera de Europa, Japón tiene previsto tener un Maglev en 2025, tras varios intentos fallidos.
La Razón