El avión en el que regresó el Josep Tarradellas se conserva
Posted: Tuesday 23/10/2007 10:56
La Vanguardia
El avión en el que regresó el president Tarradellas se conserva en Cuatro Vientos
Rara vez los aviones comerciales escriben grandes páginas de la historia. Su misión como transporte de pasajeros y mercancías suele ser discreta. De modo excepcional son noticia cuando realizan su primer vuelo como prototipos, inauguran una ruta, sufren algún incidente notable o protagonizan hechos que la gente recuerda por circunstancias que pueden tener tintes políticos, sentimentales o trascendentes para un país.
Entre estos últimos está el DC-9 Ciudad de Mahón de Iberia que hoy hace treinta años realizó el vuelo especial Madrid-Barcelona en el que Josep Tarradellas regresaba a Catalunya. Al margen de las fotografías en la plaza Sant Jaume, en Montjuïc, o las del recorrido en Dodge desde el aeropuerto hasta la ciudad, una de las imágenes más recordadas de aquel día fue la de un exultante señor de 78 años que desde la puerta del avión saludaba con la mano derecha mientras volvía a ver su tierra después de 38 años.
Ese DC-9 era la vigésima sexta unidad adquirida por Iberia a McDonnell Douglas y se incorporó a la flota en 1972. Los Douglas sustituían a los veteranos Caravelle en las rutas europeas e interiores de la compañía y se les bautizó con nombres de ciudades junto al escudo municipal correspondiente. Al matriculado como EC-BYE se le puso el nombre de la capital de la isla de Menorca y fue el que el 23 de octubre de 1977 se programó para realizar un vuelo especial, en el que además de Tarradellas, sus familiares y colaboradores mas próximos, viajaron un buen número de parlamentarios catalanes y periodistas, hasta noventa personas. Hubo incluso un cierto retraso en el despegue desde Barajas debido a una falsa amenaza de bomba.
Los siguientes trece años de vida operativa del avión transcurrieron sin novedad: voló en todas las rutas de Iberia hacia capitales europeas y españolas, hasta que en 1990 fue transferido a la compañía Aviaco, la filial dedicada a vuelos nacionales. El aparato mantuvo la matrícula, pero con el tiempo cambió de nombre y adoptó el de Cala Galdana,que fue el que exhibió hasta su retirada de servicio en marzo del 2001.
Al recibir nuevos aviones, Iberia vendió buena parte de su antigua flota a otros operadores, pero algunas unidades quedaron sin propietario y fueron destruidas y vendidas a peso. Las peticiones de instituciones y museos hicieron que algunos de estos aparatos sobrevivieran: se les cortó y mantuvo intacta su parte delantera para poder desplazarlos por tierra a sus destinos finales, como el Museo Nacional de Aeropuertos y Transporte Aéreo de Málaga, el Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas o el del Aire, situado en el histórico aeródromo madrileño de Cuatro Vientos. La casualidad quiso que el DC-9 EC-BYE fuese el que se destinase a este último, gestionado y explotado por el Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire.
En este lugar se exhiben más de 130 aeronaves que marcaron la historia de la aviación española desde sus primeros tiempos. Así, además de aparatos míticos de los años dorados de las aventuras aéreas como el Jesús del Gran Poder,el Cuatro Vientos o el Plus Ultra,el azar ha hecho doblemente histórico el DC-9 de Josep Tarradellas, que se conserva en muy buen estado, asomando su muy fotografiado morro a través de un gran círculo practicado en la pared de un hangar.
El avión en el que regresó el president Tarradellas se conserva en Cuatro Vientos
Rara vez los aviones comerciales escriben grandes páginas de la historia. Su misión como transporte de pasajeros y mercancías suele ser discreta. De modo excepcional son noticia cuando realizan su primer vuelo como prototipos, inauguran una ruta, sufren algún incidente notable o protagonizan hechos que la gente recuerda por circunstancias que pueden tener tintes políticos, sentimentales o trascendentes para un país.
Entre estos últimos está el DC-9 Ciudad de Mahón de Iberia que hoy hace treinta años realizó el vuelo especial Madrid-Barcelona en el que Josep Tarradellas regresaba a Catalunya. Al margen de las fotografías en la plaza Sant Jaume, en Montjuïc, o las del recorrido en Dodge desde el aeropuerto hasta la ciudad, una de las imágenes más recordadas de aquel día fue la de un exultante señor de 78 años que desde la puerta del avión saludaba con la mano derecha mientras volvía a ver su tierra después de 38 años.
Ese DC-9 era la vigésima sexta unidad adquirida por Iberia a McDonnell Douglas y se incorporó a la flota en 1972. Los Douglas sustituían a los veteranos Caravelle en las rutas europeas e interiores de la compañía y se les bautizó con nombres de ciudades junto al escudo municipal correspondiente. Al matriculado como EC-BYE se le puso el nombre de la capital de la isla de Menorca y fue el que el 23 de octubre de 1977 se programó para realizar un vuelo especial, en el que además de Tarradellas, sus familiares y colaboradores mas próximos, viajaron un buen número de parlamentarios catalanes y periodistas, hasta noventa personas. Hubo incluso un cierto retraso en el despegue desde Barajas debido a una falsa amenaza de bomba.
Los siguientes trece años de vida operativa del avión transcurrieron sin novedad: voló en todas las rutas de Iberia hacia capitales europeas y españolas, hasta que en 1990 fue transferido a la compañía Aviaco, la filial dedicada a vuelos nacionales. El aparato mantuvo la matrícula, pero con el tiempo cambió de nombre y adoptó el de Cala Galdana,que fue el que exhibió hasta su retirada de servicio en marzo del 2001.
Al recibir nuevos aviones, Iberia vendió buena parte de su antigua flota a otros operadores, pero algunas unidades quedaron sin propietario y fueron destruidas y vendidas a peso. Las peticiones de instituciones y museos hicieron que algunos de estos aparatos sobrevivieran: se les cortó y mantuvo intacta su parte delantera para poder desplazarlos por tierra a sus destinos finales, como el Museo Nacional de Aeropuertos y Transporte Aéreo de Málaga, el Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas o el del Aire, situado en el histórico aeródromo madrileño de Cuatro Vientos. La casualidad quiso que el DC-9 EC-BYE fuese el que se destinase a este último, gestionado y explotado por el Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire.
En este lugar se exhiben más de 130 aeronaves que marcaron la historia de la aviación española desde sus primeros tiempos. Así, además de aparatos míticos de los años dorados de las aventuras aéreas como el Jesús del Gran Poder,el Cuatro Vientos o el Plus Ultra,el azar ha hecho doblemente histórico el DC-9 de Josep Tarradellas, que se conserva en muy buen estado, asomando su muy fotografiado morro a través de un gran círculo practicado en la pared de un hangar.