De La Vanguardia:
La línea 9 humanizará la principal calle de la Zona Franca creando un paseo ajardinado de tres kilómetros
Un nuevo sistema de autobuses enlazará las empresas con las estaciones de los dos ramales del metro que pasarán por el polígono
· El Consorci de la Zona Franca quiere reducir el uso del coche; actualmente dos de cada tres trabajadores acceden en vehículo privado
07/04/2007 | Actualizada a las 03:31h | Barcelona
Silvia Angulo / Óscar Muñoz | La calle A, la principal del polígono industrial de la Zona Franca, cambiará totalmente de aspecto para convertirse en una rambla de tres kilómetros de longitud con grandes espacios para pasear, correr o ir en bicicleta. La llegada de la línea 9, que transcurrirá por el centro de la calle mediante un viaducto elevado, propiciará esta transformación. El objetivo es humanizar la vía y su entorno, y dotarlos de una forma y de unos usos urbanos. La empresa de la Generalitat GISA es la encargada de esta intervención, que se ha acordado con el Ayuntamiento de Barcelona y el Consorci de la Zona Franca. El presupuesto todavía se encuentra en fase de elaboración y el calendario de ejecución depende de las obras del metro, que en este tramo avanzan a buen ritmo. Las últimas previsiones sitúan la entrada en servicio de este extremo de la línea 9 en el 2010.
El proyecto se desarrollará a lo largo de prácticamente toda la calle A, que es la vía por la que se accede al polígono desde el paseo de la Zona Franca. Abarca desde la calle 1 hasta la 6, con una longitud de tres kilómetros. La anchura del espacio central es de 20 metros, con lo que la superficie total de la rambla alcanzará las seis hectáreas. Además, se renovarán las aceras laterales, con nuevo pavimento, árboles y mobiliario. Tres grandes rotondas enlazarán con las calles 3, 4 y 5.
El viaducto será el más grande de la ciudad y el primero de estas características que se construye en España para la circulación de una línea de metro. Consta de dos cuerpos, uno para cada sentido de circulación. Tiene una altura de 6,5 metros y, en la práctica, también será una gran marquesina que cubrirá el nuevo paseo. La parte central se destinará a los peatones. Dos carriles bici serpentearán a lo largo de este espacio. El proyecto prevé que tanto la zona para caminar como la de los ciclistas sean de colores llamativos que contrasten con el gris del hormigón de la estructura. Además, en los lados de esta rambla se colocarán dos alfombras ajardinadas que aportarán todavía más colorido. Se han previsto incluso plantas que trepen por las columnas. Entre las dos piezas elevadas se colgarán focos que iluminarán el paseo por la noche.
El tramo de la línea 9 que transcurre por la calle A se hace en forma de paso elevado porque en esta zona no podía construirse a gran profundidad ya que el nivel del agua subterránea es muy superficial y hay numerosos servicios soterrados (colectores, oleoductos, gasoductos...). Esta solución supone además mayor rapidez en la construcción. Pero tiene el problema del impacto estético, que se intenta solventar con la forma del viaducto - en forma de U, lo que permite ocultar las vías- y en su concepción como árboles que protegen el paseo.
El espacio entre los dos cuerpos servirá para ubicar los andenes de las cuatro estaciones que tendrá este tramo de la línea 9 (Zona Franca Litoral, Zona Franca Port, Zona Franca ZAL y la terminal, que dará servicio a la nueva prisión, situada junto a las cocheras, en el extremo de la línea). Cada una de las estaciones contará con un andén central de 9,60 metros de ancho, desde donde se podrá acceder a las dos vías, y una longitud de 120 metros. El acceso se hará por escaleras mecánicas y ascensores adaptados a personas con movilidad reducida que tendrán acceso desde la rambla.
La estación terminal de la línea dispondrá de un gran intercambiador en el que tendrán parada líneas de autobuses urbanos e interurbanos. Su función será la de conectar el transporte de superficie con el metro y, además, dar servicio a las empresas más cercanas - ésta es una área en expansión- y a la prisión. Paralelamente, el Consorci y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) estudian una nueva organización de líneas de bus por el interior del polígono que, cuando el metro esté en funcionamiento, conecte las empresas con las distintas estaciones, tanto las que habrá en el viaducto de la calle A como las del ramal del aeropuerto.
La Zona Franca es uno de los mayores polígonos industriales de Europa. Contiene unas 250 empresas en las que trabajan cerca de 45.000 personas. Como otras áreas similares, está inmersa en un profundo proceso de transformación de su espacio y de su actividad, de modo que las industrias logísticas y de valor añadido cobran cada vez más importancia. Uno de los proyectos más ambiciosos impulsados por el consorcio que dirige este polígono está vinculado a los terrenos que la factoría Seat tiene previsto liberar los próximos años. En total serán unos 500.000m2de suelo que la Zona Franca quiere destinar a actividades de valor añadido, en buena parte ligadas al conocimiento.
En uno de los extremos del polígono - entre las calles 5, 6 y D- estará la nueva prisión de Barcelona. El complejo penitenciario dispondrá de 25.000m2de techo para preventivos y otros 10.000 m2para presos en régimen abierto. La afluencia de personas prevista en la zona aconsejó construir una estación de metro en el extremo de la calle A, entre las calles 5 y 6, aprovechando la zona de estacionamiento de trenes de las cocheras y talleres de la línea 9.
Al otro lado de la ronda Litoral y junto al paseo de la Zona Franca nacerá el barrio de la Marina, una nueva zona residencial con más de 1.600 viviendas libres y protegidas que dispondrá de todos los equipamientos necesarios para dar servicio a las cerca de 25.000 personas que se trasladarán al barrio. La futura zona residencial también contará con un importante tejido comercial y de terciario. Según cálculos municipales, a la zona se podrían trasladar diariamente unas 15.000 personas a trabajar. La calle A enlazará con este nuevo barrio a través del paseo de la Zona Franca. Precisamente, el Ayuntamiento proyecta una remodelación muy ambiciosa del tramo final de este paseo para hacerlo llegar hasta el puerto.
Estas actuaciones precisan de un cambio profundo en la movilidad. El Consorci se ha fijado el objetivo de reducir el uso del coche de manera significativa en favor del transporte público. Actualmente, dos de cada tres trabajadores del polígono acceden en vehículo privado. La línea 9 y el nuevo sistema de autobuses deben contribuir a este cambio. Con todo, serán necesarias vías internas para el tráfico rodado. La calle A seguirá siendo básica y por eso dispondrá de tres carriles por sentido (las obras han suprimido uno). Las calles transversales han ganado peso. Es el caso de las calles 2, 3 y 4, que enlazan larRonda Litoral con la zona de servicios del puerto.