trensmat wrote:Jo penso que es tindria que acabar el tram central de les linies L9 i L10 les coses no es tenen que deixar a mitges, despres obrir els trams sud de les linies L9 i L10 es la meva opinió penso que el Ajuntament de Barcelona no te moltes ganes d'acabar aquestes linies de Metro.
Nadie quiere que se queden las cosas a medias, pero a veces de tanto pensar "bueno, lo acabamos y así ya esta" se han gastado millones y millones en tonterías, por ejemplo el AVE, cuyas obras desde que nuestro actual desgobierno proclamaba "se recortará en todo menos sanidad, educación y pensiones" (Rajoy dixit) deberían de haber quedado detenidas sine die todas y cada una, por dar uno de los ejemplos más flagrantes. Cuando tenemos proyectos tan descerebrados como la L9 (no porque no haga falta esa línea de Metro, pero por haber diseñado un templo al sacrosanto despilfarro y no una simple línea de Metro) a veces tiene que llegar el momento de decir "hasta aquí hemos llegado", y no seguir hipotecando más todavía los presupuestos con una línea que debió haber costado 3.000 millones, y acabará costando 16.000. En el fondo, la ciudadanía tiene buena parte de la culpa, cuando las cosas iban "bien" y cerrabamos los ojos ante la burbuja inmobiliaria tampoco nos importaba que nos prometieran líneas de Metro hechas de mármol y acero inoxidable, con modernísimos (y carísimos) sistemas de tuneladora, cuando hay muchos sitios alrededor del mundo donde no hay tapujos de construir el Metro en mina o a cielo abierto con tal de ahorrar. ¿Te imaginas como hubieran reaccionado los vecinos si se hubiera construido, por ejemplo, un tramo a cielo abierto por General Mitre? No causar molestias a unos cuantos era más importante que ahorrar miles de millones a todos. También hizo toda la falta del mundo que el Metro llegue a El Prat, Santa Coloma o Badalona, además dando unas vueltas que parece que la ha diseñado un borracho. O hacer un Metro al Aeropuerto que será más lento en llegar a la ciudad que el tren, y que no pasará por el centro. Una suma de despropósitos. Tal como se redactó el proyecto de la L9 yo hubiera preferido que no se hiciera, y que en su lugar se hiciera una línea
racional, sin eses, que fuera de La Sagrera a la zona alta, luego bajara por Z. Universitaria y de ahí a la Zona Franca, un tramo que sí estuvo bien pensado como trayecto elevado para una zona con poca densidad. Olvidémonos de pijadas de Metro al aeropuerto y que se hagan las nuevas estaciones de tren. Pero, al igual que ahora se me vendrán encima gente que asume que me diseño la L9 porque a mi me conviene de esa manera, no porque sea racional, diciendo que les quiero quitar aquello que se merecen, o diciéndome que pienso en pequeño, y que si en Madrid se arruinan por tanto Metro que han hecho hacia todas partes, no seremos menos.
Sabes, en el fondo ese es un gran problema que tiene este país. La última vez que estuve en Suiza me hizo mucha gracia que ahí da la impresión que no hay miedo a "ser pequeño". No hay miedo a ser una ciudad pequeña, con una estación pequeña, y los trenes que hagan falta. Ni Metros ni mierdas (ni siquiera Zurich tiene Metro, lo rechazaron en referendum en los 70 a favor de preservar los tranvías, "¿pa que? si no nos hace falta", un pensamiento que aquí sería inconcebible). Aquí, todo tiene que ser a lo grande, a lo bestia. ¿Pueblo periférico que con un tranvía iría que tira? Pues Metro soterrado. ¿Acceso al aeropuerto, que tendría que ser rápido y al centro de la ciudad? Metro soterrado. ¿Una avenida amplia, cercana a diversas líneas de Metro y que le vendría bien un transporte de gran capacidad en superficie? Mejor metro soterrado, no vamos a ser menos que la gente en Santa Coloma. Es ridículo ese pensamiento de que si no te dan Metro eres ciudadano de segunda, y que el tranvía o el bus no es lo suficientemente bueno para este o aquel barrio, porque al final terminamos con un metro "populista", que con tal de contentar a todos acaba por no contentar a nadie, porque no es más que un bus de barri soterrado, que no llega rápidamente a ningun lado. Todo por no poner en cada lugar aquello que realmente hace falta: Un metro para la parte densa y de gran demanda, y buses, tranvías o trenes en superficie para barrios más periféricos.
Y claro, una vez tenemos el desastre, somos maestros en en decir que se debería hacer esto o aquello, sin darnos cuenta que pedimos cosas que son impagables (mira la deuda que tiene Madrid, solo digo) y que nos estamos arruinando sólamente por no "ser menos" que los sres. capitalinos.
Algunos que defendemos las infraestructuras racionales y realistas teníamos la esperanza de que con tanta crisis la gente se diera cuenta que hay que evaluar críticamente las infraestructuras, en base a buscar si es necesario tal gasto, o si se puede hacer algo menos grande. En lugar de eso, no hay ningun tipo de autocrítica, ningun pensamiento de "nosotros también tenemos culpa al exigir tantas infraestructuras carísimas y no conformarnos con cosas más sencillas", los soterramientos siguen siendo supernecesarios para el desarrollo del territorio, el Metro sigue siendo el único transporte factible y el tranvía mal de todos los males.
Ésto es lo que realmente significa la austeridad, no significa tener que dejar a la gente sin educación ni sanidad ni pensiones, sino significa que no se gaste más de lo necesario, por ejemplo en infraestructuras, por ejemplo de hacer el Metro justo y necesario, y de encontrar diversas soluciones al transporte, más allá del Metro, que sean en uso y precio más adecuadas a la necesidad. Claro, si nos lo tomamos como que "para que hacer un tranvía, mejor haz un Metro y te quitas de problemas para los próximos muchos años" pues eso es como llenarse el plato para comer durante 50 años, y cuando pases por caja resulta que no puedes pagarlo como pretendías, y ahora te pasas los 50 años devolviendo el crédito que sacaste para pagar ese plato.
Yo lo siento mucho, no entiendo como jamás se pudo defender un proyecto como el de la L9 en su última encarnación, desde el principio fue una tomadura de pelo al ciudadano y al contribuyente. Y el único más culpable que la administración es el mismo ciudadano, que tan contento estuvo de que se haga el Metromamodernodeuropa, y sin preguntarse si realmente debíamos tirar el dinero de esa forma. Que hubiera liquidez y dinero no significaba tener que tirarlo a dos manos por la ventana con tuneladoras, mármol y trenes automáticos. Y al final de todo, solo queda preguntarse: ¿Quien es más tonto, el tonto, o el tonto que le sigue?