¿A dónde nos lleva la “liberalización”?
Los expertos de la comisión técnico-científica para el estudio de mejoras en el sector ferroviario español, que el Ministerio de Fomento creó tras el accidente de Santiago, reflejan en un informe sus dudas sobre la rentabilidad del sector una vez se haya liberalizado. Informe presentado, precisamente, muy poco antes de que se anunciara la apertura a la competencia del corredor Madrid-Levante.
Un paso que genera mucha controversia
Europa insta a los países miembros a liberalizar el sector del transporte ferroviario de pasajeros antes de 2019 y España quiere dar este paso antes. Como toda decisión de peso, la medida ha levantado muchas voces a favor y en contra, mientras que el proceso sigue y nos lleva a un punto aún desconocido.
Por una parte, Europa manda, y hay que acatar las decisiones que se toman desde Bruselas. Además, en una liberalización idílica el viajero sería el primer interesado en que se llevara a cabo el proceso ya que. en teoría, podría disfrutar de las ventajas de consumir en un mercado de competencia perfecta.
Pero la liberalización del sector español también podría traer consigo ciertos problemas, como alerta ahora este informe.
El primer punto que destaca es la poca rentabilidad del mercado para las empresas, que podría derivar en un empeoramiento del servicio y en el consiguiente deterioro de la imagen del ferrocarril (que tanto ha costado mejorar). Además, Renfe podría acabar operando sólo las líneas que no son rentables, hundiendo a la compañía en los números rojos.
Los consejos de la comisión para llevar a cabo la liberalización
El informe presentado por la comisión recoge una serie de medidas para llevar a cabo este proceso de la mejor forma posible. Para empezar, propone imitar a Francia y reunificar Adif y Renfe en una sola compañía para reducir costes. Esto en sí mismo es un problema, ya que la Unión Europea quiere que en el futuro todos los países miembros mantengan separadas las infraestructuras de la operación para evitar así casos de merma en la libre competencia.
Otro de los consejos de la comisión es realizar el proceso de forma pausada, con licitaciones cortas que permitan solucionar los posibles errores y vigilar de cerca la evolución del nuevo modelo.
También recomienda crear incentivos que inviten a las empresas privadas a aumentar el volumen de viajeros y mantener un buen nivel de calidad en el servicio.
En cuanto a los servicios de cercanías y media distancia (no tan atractivos para las empresas privadas), se recomienda establecer lotes que incluyan líneas más rentables que otras para no perjudicar a ninguna.
NTV, un caso de éxito en Italia
En el informe también se advierte de que no hay muchos ejemplos de éxito en la liberalización de los servicios de larga distancia. Sin embargo, desde Ferro Noticias nos sentimos obligados a mencionar un caso que da pie a la esperanza.
El 28 de abril de 2012 la empresa NTV (Nuovo Transporto Viaggiatori) se convertía en la primera en competir en Italia con la pública Trenitalia por el transporte de viajeros.
A pesar de los inconvenientes iniciales (la empresa se quejaba de que la dueña de la infraestructura, RFI, estaba poniendo trabas a su entrada en el mercado), los datos en su primer año de servicio fueron más que positivos.
Con sus 44 Alstom AGV que circulan a diario distribuidos en 3 líneas, los Italo de NTV consiguieron transportar en 2012 a 2.051.000 pasajeros. La empresa privada conseguía algo menos del 20% de cuota de mercado en su primer año en servicio, unos datos más que positivos.
Evidentemente hay que seguir de cerca la evolución de este caso, pero por el momento NTV ha conseguido hacer frente a un modelo de mercado nuevo y un contexto económico negativo prestando un servicio de calidad que se centra en el viajero.
El caso de España
Son muchos los que veían necesaria la liberalización del ferrocarril debido a la histórica nefasta gestión de Renfe que, queriendo implantar un modelo elitista de trenes modernos y de alta velocidad, generó un trasvase de viajeros a la carretera. En lo que se demuestra que no había interés por mantener, como los Estrella, se veía trenes mal cuidados, supresión de oferta para reducir la demanda, práctico abandono de muchas líneas convencionales con gran potencial… A lo que sumamos la sustitución de trenes considerados nuevos por otros más nuevos, llevar el AVE a donde no hace falta y otros gastos innecesarios que hacen del ferrocarril un medio de transporte deficitario.
Sin embargo, a juzgar por el modelo de transición por el que ha apostado el Gobierno, que consiste en conceder la competencia exclusiva a un operador por corredor durante 7 años, parece que estamos ante cualquier otra cosa menos una liberalización. O una liberalización real de cara a 2021 de la que no sabemos qué opinará la Unión Europea.
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P.D me gustaría mucho saber vuestra opinión sobre este articulo de opinión.